viernes, 4 de octubre de 2013

Relato Erótico: Mi profesor...


Nunca nos hemos tocado. Desde un principio sabía que nunca podría sentirle. Siempre viene los mismos días a las mismas horas. Su mesa está justo delante mía a poco metros. Aun estando uno cerca del otro nunca podré pasar de esa barrera que me impide sentir su piel. Yo en mi posición de su alumna y él, de mi profesor. Lo noto, aunque nadie mas lo vea. Sé como me mira, sé como se siente. Cuando los demás  escriben o leen siento sus ojo clavados en mí, mirando cada parte de mi cuerpo. Me siento caliente, mi corazón se acelera al saber que él me está observando. Lo miro a la cara y nuestros ojos se encuentran. Está mirándome por encima de sus gafas dominante, frío. Me esclaviza con la mirada, estoy hipnotizada. Un escalofrío recorre mi espalda y algo abajo se va encendiendo. Mi boca se llena de saliva y entreabro mis labios. Él deshace el hechizo levantándose para explicar, se pasea entre los alumnos y saca a uno a la pizarra. Siento como pasea detrás mía, su olor a colonia y tabaco llega a mis pulmones. Si pudiera estar entre sus brazos podría olerlo mejor. Si estuviera encima mía podría sentirlo mejor en todos los sentidos. Sobre todo abajo. Se para justo detrás, su torso roza ligeramente mi coleta. Él se comporta normal explicando serio la clase. Noto la vibración se su voz encima mía, sabe que me está poniendo nerviosa, que estoy apretando las piernas para controlar el calor que sigue acumulándose entre mis piernas.

Mi compañero termina el ejercicio y él se dirige a su mesa pasando por mi lado rozando con su mano la piel de mi brazo. Con solo ese roce se me erizan los pelos de la nuca y tiemblo. Mis senos se ponen duros y sensibles. Ojala el me besara, ojala él besara mi pecho, mi vientre, mis piernas... Deseaba que su boca me besara en lo más hondo. Que sus labios rozaran lo más profundo e íntimo que hay en mí. Vuelve a sentarse en su mesa y manda a los alumnos a hacer una tarea. Voy a ponerme a ello, cojo el boli e intento escribir. Estoy nerviosa, se que continua mirándome. Miro de reojo hacía arriba, le pille. Lo bueno era que él no se ha dado cuenta. Está mirando el escote de mi uniforme. Lentamente dirijo mis manos al cuello y acaricio mi clavícula. Con el dedo comienzo a bajar lentamente como si picara y me rozo suavemente el escote, Metiendo y sacando lentamente los dedos entre mis senos consigo que se ponga nervioso y cambia de postura. Ahora está mirando mis piernas y la falda de mi uniforme es corta, voy hacerle sufrir. Desdoblo las piernas y poco a poco las abro dejando al descubierto mi ropa íntima.

 De repente se levanta y se va al final de la clase. Parece que quiere controlar a los alumnos que está detrás pero sé que lo que quiere es tapar la evidencia de que está excitado. Esa evidencia me estaba volviendo loca. Noches y noches intentaba imaginármela, su forma, su olor, su sabor. Su sabor... La boca se me hacía agua, me entraba hambre cada vez que lo pensaba y en ese momento estaba muy hambrienta. El timbre suena, todos se levantan para ir a casa. Él sigue sentado en su mesa dando instrucciones para la próxima clase. Todos van abandonando el aula y recojo mis cosas acalorada, necesito llegar pronto a casa para descargar esa energía acumulada. Como siempre soy la última en salir y antes de que llegue a la puerta me dice: "Son preciosas". Me giro asombrada y fijándome que no me ve nadie le saco la lengua haciéndole burla y me voy. Él se queda en el aula mordiéndose el labio.












lunes, 16 de septiembre de 2013

Relato Erótico: La mejor amiga de mi hermana





Este universitario nunca ha tenido suerte con las mujeres. Él es un autentico pervertido y quiere a una chica con la que pueda hacer todo tipo de guarradas.¿Qué pasará si se encuentra a la mejor amiga de su hermana desnuda y mojada en la ducha?
No te pierdas esta nueva saga de relatos, te enganchará...



Disfrutad... Besos,
Lady Ágata

domingo, 15 de septiembre de 2013

Relato Erótico: La mejor amiga de mi hermana. Parte 1.




Soy un chico extremadamente infeliz. El caso es que tengo veinticuatro años y no tengo novia. Tranquilos, no soy virgen. En una noche fugaz de borrachera perdí la virginidad con una tía que no quiso saber nada mas de mi al día siguiente. El caso es que no tengo suerte con las mujeres. A ver, no soy un tío físicamente feo. Soy guapo y estoy en forma. Pero solo se me acercan "barbies", tías de mentira y con problemas emocionales. Las chicas interesantes ni siquiera se me acercan. Me ven como un tío superficial, un Ken vamos. Las barbies me parecen tan simples que pierden todo el atractivo sexual que puedan tener. Yo lo que busco es una pervertida, es decir, busco una dama en la calle y a la vez una autentica guarra en la cama, que quiera hincharse a follar conmigo y a la vez pueda salir con ella y pasar un rato divertido y romántico. Si, lo sé, soy muy quisquilloso.

Me encanta el sexo. Desde siempre me ha parecido un pilar muy importante en las relaciones sentimentales. Ahora solo tengo que encontrar a una chica guapa e inteligente que quiera jugar conmigo.

Después de la universidad, paso las tardes en el cuarto estudiando.  Estudio en la facultad de Medicina. Vivo con mis padres y mi hermana pequeña en una casa en las afueras de la ciudad. Normalmente no hay ruido y puedo estudiar con tranquilidad, pero ese día mi hermana jugaba al karaoke con sus amigas en su cuarto, justo al lado del mio. Con tanto ruido no podía estudiar, terminaba cantando las canciones en mi cabeza. Mosqueado fui a su cuarto y pegué a la puerta con fuerza. Las niñas se callaron y entré. Aparte de mi hermana había tres chicas mas. Entre ellas una que me llamó mucho la atención. Tenia el pelo castaño y ondulado, lo llevaba suelto, la punta de sus cabellos apenas rozaban sus hombros. Sus ojos eran color miel. Era delgada, con curvas muy bien definidas. Se pecho no era enorme pero tenia un escote muy atractivo. Era preciosa.

Lo que me volvió loco era el lunar que había sobre su teta izquierda...

La chica estaba sonrojada, mirándome avergonzada.
-¿Hermano qué quieres? Eres muy pesado...

Volví a la realidad, estaba embobado mirando a esa chica.
- ¿Por qué miras a Nerea?¿Tiene una mancha o algo?

¿Nerea?¿Esa hermosa chica era Nerea? Nerea, era la mejor amiga de mi hermana. Yo la recordaba bajita y delgaducha. Ella y mi hermana han sido las mejores amigas desde la infancia. Con solo seis años ya jugueteaban corriendo por la casa. Siempre la había visto como una niña pequeña, bueno, se que mi hermana ahora tiene diecisiete años y me ella tendría su misma edad. No era consciente del cambio que dieron al llegar a la pubertad. Para mi mi hermana seguía siendo una enana pero ella... Para mi era una mujer. Una atractiva y sexy mujer.

-Dejad de hacer tanto ruido, estoy estudiando.
- Lo siento hermano, mamá me ha dado permiso. ¿Mañana tienes algún examen?
-No pero...
-Relájate un poco, te pasas el día estudiando. ¡Amargado, sal y búscate una novia!
- Calla la boca enana.
Y de un portazo salí de la habitación, ¡será estúpida!

Dejé que siguieran con sus juegos y me fui al salón a ver la tele. Por mera curiosidad, me fijé en la orla de mi hermana de cuando terminó sexto de primaria y busqué a Nerea. Si efectivamente ahora se a vuelto una mujer... Y ese lunar en su pecho...

Pasaron varios días y en mi mente solo había una imagen: su lunar. Situado en un sitio que me sobreexcitaba... Esos ojos color miel, tan dulces y grandes... Sus mejillas sonrojadas... Su boca pequeña y gordita... Ufffff... Sin querer me estaba acariciando la polla. Ninguna chica me había excitado tanto. No podía acercarme a ella, es menor que yo, menor de edad y encima la mejor amiga de mi hermana.

Pero a veces, el destino te juega malas pasadas o buenas oportunidades, según se mire...

Un día agotador de junio, después de haberme pasado todo el día estudiando para los examenes finales, vi la oportunidad de darme un buen baño cuando escuche a mi hermana y a mi madre salir de la casa con intención de hacer la compra, de lo que volverían tarde. Así que me desnudé, cogí la toalla y entré en el cuarto de baño. Desnudo, me puse frente al espejo y comencé a afeitarme. Me afeité entero e iba a meterme a la ducha cuando vi la cortina moverse. Había algo dentro de la ducha.

Respiré hondo, agarré la cortina y tiré listo para encontrarme cualquier cosa, cualquier cosa menos a ella...

Estaba completamente desnuda y enjabonada. Su cara apenas podía ocultar la vergüenza que sentía. Con un brazo se tapaba como podía el pecho y con la otra mano se tapaba su parte más íntima. Estaba apoyada contra la pared de azulejos y el frío hacía que tuviera la carne de gallina, haciendo que su piel pareciera aterciopelada. Su piel era blanca y su pelo mojado le caía sobre la cara de forma que solo podía verse una pequeña parte. Sus labios gorditos temblaban y sus avergonzados ojos miraban al suelo.

-¿Nerea?
- Lo siento... Yo... Yo... Tu hermana me dijo...Que... Que... me duchara mientras compraba, por... Por que tenía cloro de la piscina... Y... Y...
Se quedó en silencio, no paraba de temblar.
Sin poder evitarlo, busqué con la mirada lo que tantas noches me había dejado en vela... Bajé la vista hacía su pecho y ahí estaba: su lunar. Mi polla comenzó a ponerse dura. Solo podía pensar en una cosa: morderle los pezones. Estiré el brazo y agarrandola de la barbilla la obligué a mirarme. En sus ojos se podía ver que estaba excitada y asustada.

- Voy a enjuagarte.

Abrí el grifo de la ducha a un lado para que se calentara el agua. La cogí de los brazos y se los separé del cuerpo, tenía un pecho precioso, redondito. Su aureola era rosada y sus pezones pequeños y duros. Daban ganas de comérselos. Tenía el pubis depilado con el bello suficiente para tapar lo justo y necesario. Dirigí la ducha hacía ella, el agua empezó a recorrer su piel resbalando en cada curva, con la mano comencé a acariciar sus hombros y su clavícula. Ella respiraba fuerte y un poco agitada. La miré a la cara y vi como se mordía el labio inferior con los ojos cerrados. Ella estaba disfrutando, ¿yo le gustaba?

Mi mano bajó hacía su pecho mientras me acercaba más a ella, primero por la parte alta del seno y después por abajo, la parte mas blandita agarrándolo con fuerza. Con la boca me dirigí hacía su lunar y lo besé. Con la lengua bajé un poco más hasta el pezón, lo recorrí con la punta de la lengua y me lo metí en la boca para chuparlo como si fuera un bebe. Podía sentir como el latido de su corazón se disparaba cada vez que chupaba y succionaba. Por alguna razón ella estaba callada, aguantándose los gemido, eso hizo que me enfadara. Quería hacerla gritar y gemir de placer, no quería que se controlase conmigo.

Agarré el pezón entre mis dientes y lo mordí con fuerza. Ella gritó y tembló de placer, me puso las manos sobre mi cabeza agarrando mis pelos. Seguí chupándola y mordiéndola a la vez que masajeaba sus pechos. Quise bajar un poco más, con la mano acaricié desde el pecho hasta la cadera. Tenía las caderas anchas y muy marcadas, perfectas para agarrarlas mientras me la follara.

Me puse de rodillas, ella se quedó mirándome como sorprendida, como si no supiera lo que iba a hacer. Cogí su pierna y me la puse encima del hombro, de forma que pueda verle todo el coño abierto. Era rosado y pequeño, se notaba que era estrecha. Estaba empapada. Podía oler su jugo y su coño... Mmmm... Olía dulce... Eso me tenía hambriento, quería comérmela entera, como si fuese una conejita. Comencé a besar su ingle, chupándola, ella apenas podía mantenerse en pie y gemía fuerte. Hundí mi cabeza en su coño y empecé a liarme literalmente con sus labios. Su jugo me estaba llenando la boca y la cara, estaba lista, húmeda. No quería que terminara con mi boca. Quería que se corriera con mi polla.

Me levanté y la puse de espaldas contra la pared, ella tembló al sentir el frío de los azulejos. Estaba supercachondo... El agua caliente... Su piel suave... Sus caderas... Iba a follármela por detrás mientras le mordía el cuello. Separé sus nalgas, me cogí la polla, gorda e hinchada y se la coloqué en la entrada de la vagina.

-Soy virgen.

¿Virgen? Joder, joder... Era entera para mí, iba a marcarla para siempre. Iba a ser el primero en meterle el nabo. Dios, que excitado estaba. Mi polla estaba a punto de explotar.

- Tranquila, vamos a hacerlo de forma que vas a disfrutar mucho.

Me tumbé en el suelo de la bañera y la puse encima mía. Menos mal que la bañera era ancha.

-Colócate encima de mi polla así, bien...

Puse mi polla en su entrada.

-Vas a hacerlo tu solita, a tu ritmo. Vas a menear tu cadera para meterla poco a poco. Conforme te acerques al orgasmo veras como irá entrando hasta que esté entera dentro.

La empujé hacía mi para chuparles las tetas mientras, con los dedos en su clítoris, la masturbaba. Ella bajaba y subía poco a poco, a la vez ella no paraba de gemir, se mojaba los labios con la lengua. Comencé a darle más rápido, ella a se la metía más y más. Yo sentía como su estrecho coñito me apretaba la polla.

Ella gemía aun más fuerte cada vez que mi polla entraba un poco más en ella. Notaba como su clítoris palpitaba bajo mis dedos, estaba hinchado y caliente. De repente ella se corrió, arqueó su espalda y cerró los ojos. Creo que ni ella misma se imaginaba que podría sentir tantísimo placer. Antes de que su orgasmo terminara, la agarre la cadera y la penetré por completo. Ella comenzó a gritar y tenía los ojos muy abiertos. Sus mejillas sonrojadas y sus ojos llorosos hacía que pareciera aun más hermosa. Joder que bien se sentía, estaba tan caliente que apenas me acordaba que era virgen. Estaba tan caliente dentro de su vagina.

Nos dimos la vuelta y la coloqué debajo mía. Con las manos le sujeté la cabeza mientras que me impulsaba con los pies con el final de la bañera. Cada vez iba más rápido estaba punto de correrme. Al borde de la eyaculación acerque mis labios a los suyos y la besé antes  de sacar mi polla de ella y correrme.

Durante unos instantes me quedé encima de ella besándole dulcemente el cuello. De repente escuche a mi hermana y las llaves abriendo la puerta de la casa. Me levante, la levante a ella, salí corriendo del cuarto de baño y me encerré en mi habitación. Me quedé en la puerta para escuchar lo que iba a pasar. Escuché como mi hermana llegaba al baño y le preguntaba a través de la puerta si se encontraba bien. Nerea respondió:

-¡Chocho, no me has traído la toalla y llevo aquí un rato esperándote!

Suspiré de alivió y me giré. Al verme desnudo en el espejo, vi como mi polla y mi cintura estaban manchados de rojo.


jueves, 12 de septiembre de 2013

Nana quiere jugar en el parque. Capítulo 2.


El parque estaba desierto cuando Daniel llegó. Era un parque situado a las afueras de la ciudad en una urbanización a medio construir. Solo había columpios, un tobogán y algunos bancos. Los arboles sin arreglar y los setos sin podar daban al lugar intimidad, un sitio perfecto para amantes que quisieran jugar a plena luz del día.

Nana no tardó en llegar. Frágil como una muñeca, con un vestido rosa y lila, que aunque resultaba infantil, dejaba ver cada curva de su cuerpo. Su pelo suelto y ondulado adornado con una diadema de flores servía de marco para su dulce cara. Sus ojos verdes y sus labios carnosos y rosados hacían su cara hermosa y ardiente a la vez. Parecía una dulce gatita, una gatita a la que le gusta mucho jugar. Jugar en un sitio con su juguete donde nadie se lo pueda impedir.

O eso era lo que le había escrito Nana en su último mensaje. Después de enviarle esas fotos comprometedoras, Daniel se veía atrapado en las pequeñas manos de una chica de quince años. Una chica con la cara de una niña y el cuerpo de una mujer. Era una muñequita sexy y provocativa. Su piel se veía suave y caliente. Su pecho era grande y redondo, su escote era como de terciopelo. ¿Cómo sería comerle los pezones? ¿Y follarle las tetas? A Daniel se le hizo la boca agua.

Cuando Nana llegó a su lado, ese olor dulce tan característico de ella, hizo que su polla se despertara.

-Buenas Daniel.- Dijo Nana con voz dulce e irresistible.- ¿Estas listo para jugar?
- Nana, eres preciosa. Pero tengo novia y la quiero muchísimo.
- Eres muy lindo.
- Nana en serio. Soy demasiado mayor para ti. Si supieran que estoy contigo, podrían meterme en la cárcel por salir con una menor.
-Entonces... Sígueme el juego... Nadie tiene porque enterarse...

Nana se acercó lentamente a él y poniéndose de puntillas comenzó a besarle el cuello. Empezando por la clavícula, acariciaba su piel con sus labios. Daba dulces besos por su cuello y con la punta de su lengua comenzaba a subir muy lentamente. Hasta llegar a su oreja. Daniel tenía los pelos de punta. La suavidad de sus besos y su olor... Con cada beso su boca se llenaba de saliva y comenzó a excitarse.

Ella llegó a su boca y empezó a lamer sus labios como si de una gatita se tratara. Le metió la lengua en la boca y él no pudo evitar responderle. Comenzó a besarla lentamente y agarrando su cuello siguió haciéndolo más intensamente. Paró y se separó de ella. No podía seguir, ¿Cómo una niña de quince años iba a tener tanto control sobre él?

Los ojos de Daniel no podían apartar la vista de sus jugosos labios, llenos de saliva. ¿Qué se sentiría al follarle la boca? Daniel estaba hipnotizado, solo pensaba en sentir y oler su piel. Nana lo empujó hacía un banco y le hizo tumbarse boca arriba.

- Aunque tengas muchas ganas, hoy no vamos a follar. Primero te lo tienes que ganar.- Dijo Nana. Daniel la miraba extrañado.- Vas a comerme el coño hasta que llegue al orgasmo.
- Pero Nana, aquí...
-¿No te excita hacer guarradas a plena luz del día? ¿Y si alguien nos viera? ¿Y si alguien viera como vas a tener tu cara dentro de mi coño? Un pervertido comiéndole el coño a una niña en el parque.¿No te excita?
Daniel sonrojado, miró hacia otro lado.
-No...
- Si es así...¿Por qué tienes la entrepierna a punto de estalla?

La polla de Daniel estaba hinchada y a punto de salirse del pantalón. Nana conseguía que se pusiera muy dura y gorda.
-Parece que tu polla dice lo contrario...

Ella se sentó encima de él, sobre el bulto de su entrepierna y comenzó a frotarse con él. Daniel estaba muy cachondo. Lo notaba muy caliente y húmedo. Nana subió a la altura de su cabeza y poniendo las rodillas a ambos lados de su cabeza dejó al descubierto su parte más intima y hermosa. Daniel podía ver todo el coño de Nana totalmente abierto. Era rosado y olía tan bien que Daniel estuvo a punto de perder el control.

Ella también estaba muy caliente, tenía la entrada abierta y llena de su jugo...
- ¡Cómeme el coño!
Y entonces Daniel dejó de ser él mismo. Se dejó llevar por su calentón y metió la cabeza en el coño de Nana. Lo lamía y lo besaba. Era rápido y fuerte. El clítoris de Nana se hinchó por las fuertes embestidas de la lengua de Daniel. Él sentía como su boca, su cara y su cuello se llenaban del jugo de Nana, empapándolo completamente.

-Daniel, me das muy fuerte, cálmate...

Para que ella no se alejara, la agarró de la cadera con sus grandes manos. Nana comenzó a gemir muy fuerte. Conforme cogía ritmo sus gemidos se convertían en gritos de placer. Estaba muy excitada y caliente. Daniel metió uno de sus dedos en su vagina mientras que con su lengua lamía su clítoris. Nana estaba al borde del orgasmo y Daniel lo sabía. Sus piernas no paraban de temblar, dándole espasmos.

Entonces Daniel paró, metió el clítoris entre sus labios y empezó a supcionarlo. Nana apenas podía mantenerse en esa posición. Al borde de llegar, cuando Nana iba a llegar al placer extremo, Daniel mordió levemente el clítoris. Entonces se corrió. Nana agarró los pelos de Daniel con fuerza mientras se corría.

Cuando terminó su orgasmo sus piernas seguían temblando...

- Ha sido genial. - Dijo Nana con la cara sonrojada y temblorosa.- Me imagino que te tengo que recompensar.
Ella dirigió sus manos al pantalón.
- No, espera...
Nana lo miró sorprendida. Él se puso derecho y se sentó en el banco.
- No puedo hacerle esto a mi novia, llevo mucho tiempo con ella y me quiere mucho.
- Tranquilo, no pasa nada...
- No es eso... Siento que mi cuerpo es suyo.
La cara de Nana cambió, sus ojos ya no se mostraban dulces, estaba celosa.
- O haces lo que te digo, o le enseño las fotos a tu maravillosa novia.
Daniel se quedó quieto y se volvió a tumbar.

Nana abrió el pantalón y su polla gorda y caliente salió disparada hacía afuera. Estaba tan excitado que le salían algunas gotitas de su polla. Nana se metió la puntita en la boca, mojándola muy lentamente... Daniel estaba disfrutando muchísimo. Lo hacía muy suave. Ella se la metió entera en la boca y empezó a supcionar como si fuera un biberón. Daniel miró hacía abajo. Ella le miraba con la polla en su boca, llenándola por dentro. Era tan sensual, erótica y le daba tanto placer que el mundo dejo de existir, solo estaba Nana y sus labios carnosos y boca estrecha.

Nana sacó la polla de su boca y comenzó a besarla por los lados. Le daba lamentones y pequeños mordiscos. Empezó a supcionar diferentes puntos de su polla. Cuando hizo esto varias veces paró, se levantó y se puso bien el vestido.

- Esta bien por hoy.
-¿Cómo?
- Con esto es suficiente.

Daniel se levantó con la polla aun fuera. Nana le dio un beso en la mejilla y se fue.

Cuando desapareció, se vistió completamente. Estaba tan cachondo que tuvo que esperar un rato para irse a su casa.

Una vez allí, las ganas de follar aun seguían y decidió masturbarse. Mientras se baja los pantalones, se dio cuenta de lo mucho que había disfrutado con ella. Cuando se lo hacía a su novia, esta le guiaba como si estuviera ciego. Con Nana, no tenía barreras, disfrutó de comerle el coño, de saborearlo. No podía masturbarse pensando en su novia, en su cabeza solo estaba Nana. Al bajarse los pantalones vio que en su polla había rojeces. Como chupetones a su alrededor. Tenía cuatro chupetones por toda la polla. Corrió a su ordenador y lo encendió. Tenía un mensaje nuevo:

Ahora si le puedes enseñar la polla
a tu dulce novia. ¿O puedes aguantar sin sexo
hasta que se vayan los chupetones?
¿Aguantaras?

Besos, tu pequeña Nana.











lunes, 12 de agosto de 2013

Sexo Anal

Bienvenid@s mis pervertid@s, hoy quiero hacer una entrada para aquellas parejas que desean iniciarse en el Sexo Anal:



El sexo anal siempre ha sido un tema lleno de controversia y tabú. Lo curioso es que el sexo anal es tan antiguo como el sexo mismo. En la Antigua Grecia estaba bien visto que los maridos tomaran a sus mujeres desde atrás, de forma sumisa, ya sea por el ano o por el coño. La práctica de sexo anal también se da entre hombres como ya sabéis utilizando el término de Sodomía.  


Según los datos el 40% de las parejas heterosexuales lo han intentado alguna vez y entre el 10 al 20% lo practican habitualmente.

El sexo anal para las mujeres es un tema delicado. El sexo anal siempre ha sido un tema tabú lo que puede jugar a favor o en contra. Puede jugar a favor por el tema del morbo. El romper las reglas hace que suba la adrenalina y que os excitéis aún más. Por otra parte hay mujeres que sienten que es un lugar muy íntimo aparte de que si se hace mal puede resultar muy doloroso. Más abajo indicaré la forma de hacer que resulte lo menos incómodo posible, eso sí es un sistema más lento pero muy efectivo. Además sé con seguridad que a los tíos os encanta la perspectiva de nuestro culo mientras nos folláis por detrás. Aparte de las cachetadas…


Por otro lado tenemos el tema de si las tías disfrutan realmente con el sexo anal. Yo soy de las que piensa que depende de los gustos. En los tíos no hay problema. Hace tiempo un hombre llamado Ernst Gräfenberg descubre en los hombres el punto G y lo localiza en el culo. Es un sitio delicado para los tíos porque muchos os sentís muy machitos y relacionáis el sexo anal con los gays. ¿Si no lo probáis cómo lo vais a saber? Pero después de buscar mucho, he encontrado que muchas mujeres pueden llegar al orgasmo a través del sexo anal y la estimulación del clítoris.

Parece que el sexo anal puede ser muy fácil, meterla y punto. Pero no, la mucosa del recto es algo muy delicado. La penetración por el recto puede producir micro roturas y hemorragias por eso se puede transmitir enfermedades de trasmisión sexual por sexo anal. Yo soy de las que piensa que el sexo anal siempre tiene que hacerse con condón, sobre todo por el tema de la higiene.



¡Comencemos pues!

Lo primero es la higiene. Como sabéis el conducto rectal no es que sea precisamente limpio.  Para eso se tiene una solución: el lavado rectal. Después de hablar con varias personas sobre el sexo anal todas coinciden en la utilización de lavativas. He hablado de este tema con varios amigos gays, que son los más expertos en sexo anal. Antes de salir a pasar una noche loca se ocupan de su higiene a fondo. En la limpieza se utiliza enemas.  El uso de enema en el acto sexual ha dado lugar a la Clismafilia, que es ya una práctica sexual.

Por otra parte tenemos el tema de la lubricación, el ano no lubrica como el coño. Además los músculos del recto anal son muchos más rígidos que los de la vagina, a los que la meten le pueden dar más placer por ser más apretado, pero para el que recibe es más doloroso que si fuera por el coño. Hasta el extremo de producir desgarros.



Después de elegir el lubricante y que todo quede bien limpio pasamos a la penetración en sí.
Una vez que decidáis practicar el sexo anal debe pasar algún tiempo hasta la penetración, es decir hasta follarle en culo.
Primero debemos tantear el terreno, por así decirlo. Puedes utilizar el dedo lleno de lubricante para empezar, dar pequeños masajes que puedan relajar la entrada y el esfínter. Muchas personas utilizan el beso negro o Rimming . Que como expliqué en la entrada de cunnilingus, el beso negro es como el sexo oral pero en el ano.
Después de varias veces así, se tendría que pasar a los consoladores pequeños y vibradores. Utilizando la misma rutina de limpieza  lubricación, se puede introducir pequeños consoladores y vibradores para que el ano y la persona se vayan acostumbrando más y más. Puedes ir combinando diferentes tamaños hasta llegar a la medida más o menos del pene penetrador.


Cuando la persona coja confianza y esté listo podéis comenzar con la penetración. He estado leyendo sobre un líquido llamado Popper, dicen que hace que el esfínter se relaje de forma que la penetración pueda ser más eficaz y menos dolorosa. Pero yo buscando información sobre él solamente salen cosas malas, diciendo que tienen muchos efectos secundarios aunque hay muchos paginas que la recomiendan.

Poco a poco iréis cogiendo ritmo y llegará el momento en que hagáis la penetración sin problemas. Un buen truco es estimular a tu pareja a la vez que la penetras por detrás. Si ella llega al orgasmo el esfínter se contrae y da mucho más placer al que penetra. Tocar su clítoris o masturbar su pene ayuda mucho.

Si la chica se ve reacia a seguir para. No es bueno obligarla a hacerlo, porque se puedo hacer muchísimo daño. Y ya no solo le dolería en la penetración, luego también a la hora de que ella vaya a hacer sus necesidades.

Quiero hablaros de varias prácticas que descenderían del sexo anal:

Clismafilia: Introducción de líquidos en el ano. Era lo que hablaba antes de los enemas. Hay gente que no solo lo hace con enemas sino también con agua, vino. Me he estado informando y hay de todo.

Pepping: Esta práctica es para hombres heteros y normalmente sumisos. En las tiendas eróticas venden un cinturón con pene incorporado. Es para que se lo pongan las chicas y os penetren por detrás. 




Este cinturón también sirve para chicas lesbianas.  Lo que se da con esta práctica es lo que se llama Andromimetofilia y Ginemimetofilia: Es decir un cambio de roles cambio de papeles entre la pareja.


Doble penetración: Esto estaréis hartos de ver en orgías. Penetración por el ano y por la vagina. Eso lo podéis hacer en pareja utilizando consoladores y vibradores. Y si hacéis un trío pues ya no hacen falta.

Bueno, espero que os haya gustado y que os ayude a iniciaros en esta práctica sin dolor y disfrutando muchísimo.

Que disfrutéis mis pequeños pervertid@s...
Besos, Lady Ágata


domingo, 28 de julio de 2013

Relato Erótico: Follarse a la princesa atada a la cama. Beso 7


Estaba sentada en la cama, mientras él sacaba cuerdas de su mochila...

Había pasado una semana desde la noche de San Juan. No me había llamado, ni mandado ningún mensaje. Esa noche ni siquiera me lo esperaba. Estaba en el sofá en bragas y camiseta cenando unos cereales cuando llamó a la puerta. No me dio tiempo ni de ver quien. Entró rápidamente sin que me diera tiempo a reaccionar.

- Desnúdate y siéntate en la cama.

Todavía alucinando me dirigí al cuarto sin decir nada. Él me siguió detrás. Me desnudé y me senté en la parte baja de la cama. En silencio lo observaba. Se puso a mi lado y abrió la mochila. Empezó a sacar cuerdas. Sacó tres cuerdas y las dejó sobre la cama.

-Túmbate, boca arriba.- Obedecí.

Me coloqué en mitad de la cama. Miré a techo, estaba nerviosa y excitada. Él cogió mi muñeca y se metió mis dedos en su boca. Empezó a besarla y lamerla con su lengua. Dedo a dedo pasaba la lengua y daba ligueros mordiscos que me hacían temblar. Yo respiraba muy fuerte, estaba excitandome aun más. Con la cuerda ató mi muñeca y me obligó a estirar el brazo tirando de la cuerda hacía la izquierda. Mi brazo izquierdo quedaba totalmente inmóvil. Pasó la cuerda por el somier de la cama y lo ató a ese lado de la cama.

Nunca me habían atado, era la primera vez. Estaba nerviosa y excitada.Él estaba muy serio, tanto que resultaba sexy, estaba concentrado. Pasó la cuerda y ató mi otra muñeca.

-Intenta encoger o mover los brazos.- No podía. Lo intenté con fuerza pero lo único que conseguía era que las cuerdas se apretaran más. Se quitó los zapatos y subió encima de la cama. Colocándose delante mía intentó separarme las piernas.

- Si no te portas bien me iré y no habrá más placer, princesa.- Yo no quería eso, lentamente separé las piernas dejando todo mi coño abierto.

- Se ve que estas cachonda, eres una princesa muy guarra.- Estaba muy avergonzada, tanto que ni siquiera me atrevía a mirarlo. Cogió mi pierna izquierda y la dobló. Con la cuerda empezó a inmovilizarla de forma que no pudiera estirar la pierna. Llenó mi pierna de cuerda desde la rodilla hasta el tobillo. Tenía la pierna como dormida, la sentía pero no podía estirarla. Del tobillo la llevo al extremo de la cama y lo ató. Cogió mi otra pierna e hizo lo mismo. Cuando terminó, estaba completamente inmóvil. Mis piernas estaban colocadas de forma que sería muy fácil follarme.

Él se levantó de la cama y colocándose a los pies de la cama contempló su obra. Yo no quería mirarlo, notaba como mi coño estaba lleno de mi jugo y como empapaba todo. Estaba demasiado excitada. Quería comenzar a follar y lo quería ahora. Él se desnudó completo y volvió a subirse en la cama. Con su polla erecta colocó sus rodillas a ambos lados de mi cabeza. Metió su polla en mi boca, y cogiéndome la cabeza empezó a follarme la boca. Primero la metía con suavidad hasta la mitad. Yo miraba hacía arriba y veía como el estaba disfrutando. Cada vez se iba excitando más y metía cada vez más su polla. Apenas podía respirar. Como si fuera una muñeca comenzó a empujar de mi cabeza hacía él. Su polla me llegaba hasta el final de mi garganta y daba fuerte y seguido. Cogió un ritmo y seguía metiéndomela más, más y más.  Sacó la polla de repente de mi boca y empezó a darme tortacitos con ella en la cara. Me la restregaba por las mejillas, la nariz y por los labios.

Volvió a meterla dentro de mi boca y comenzó a moverse rápido otra vez. Cuando iba a correrse, sacó la polla de mi boca y se corrió encima de mis tetas. Salpicó por todas partes llenando mis tetas mi cuello y hasta mi boca. Con la lengua me relamí lo labios. Me encantaba como sabía su semen.

- Lo has hecho muy bien, princesa. Ahora vamos a seguir jugando.

Se levantó de la cama y cogió la mochila. Metió la mano y saco una mordaza. Una mordaza de bola. Me la colocó riéndose. Ya si que estaba a su merced. Ya ni siquiera podía gritar. También sacó de su mochila un consolador y un pequeño vibrador del tamaño de una pila.

-Veo que no hace falta lubricante así que lo meteré sin más.- Cogió el consolador y me lo metió en el coño. Estaba tan excitada que entró sin ningún problema.

-Eres una princesa pervertida y guarra. Estas tan mojada que se me resbala el consolador. Incluso has llenado la cama. Vamos a divertirnos un poco más.

Noté como el movía algo del consolador y este empezó a vibrar con fuerza. Dios, me encanta. Da tanto placer. Me vuelve loca. No puedo parar de jadear. Riéndose cogió el vibrador pequeño y poniéndolo en marcha lo puso sobre mi clítoris. No podía parar de temblar, estaba acalorada, mojada, excitada y encima no podía moverme. Él me controlaba por completo, decidía el ritmo y de vez en cuando paraba. Técnicamente me estaba a su merced. Él decidía si yo podía disfrutar o no.

Dirigió su cara a mis tetas y sin parar de utilizar el vibrador comenzó a morderme los pezones. Los lamía y chupaba como si quisiera arrancármelos de las tetas. Se juntó todo, el consolador, el vibrador pequeño  y su boca. Me iba a correr. No podía parar de disfrutar y de temblar. Me corría, me iba. Dios... Joder... Ahhhh....

El orgasmo fue tan fuerte. Que toda mi espalda tembló y el placer inundó mi cuerpo desde mi cabeza hasta los dedos de mis pies. Parecía que estaba flotando en el cielo.

Él me dejó unos minutos para disfrutar de mi orgasmo cuando decidió follarme otra vez. Con todo el coño sensible metió su polla y me folló como nunca. Me daba todo lo fuerte que él quería. Sentía que iba a romperme en dos con su polla. Yo mordía la mordaza con fuerza y sentía como  mi saliva salía por los lados de la bola llenándome y dejándome pringosa. Entre el sudor, su semen, mis jugos y mi saliva parecía una auténtica guarra pervertida.

Me daba tan fuerte que botábamos en la cama con cada embestida. Cuando iba a correrse, sacó la polla de mí y se corrió sobre la entrada de mi coño. Se corrió sobre mi bello púbico, mi clítoris y mi entrada. Estaba muerta, me había dejado fuera de combate. Me desató, las cuerdas dejaron algunas marcas en mis brazos y piernas. Me quedé allí tirada sobre la cama y sin querer me quedé dormida con él a mi lado.










La lujuria obsesiva de Nana


Desde pequeña Nana sabía que era diferente a las demás. A sus quince años tenía cuerpo de mujer y cara de niña. Los hombres la miraban de forma diferente. No de manera limpia, sino de forma sucia y pervertida. Ahora que Nana a descubierto lo que es el sexo quiere encontrar un compañero de juegos con el que jugar.
¿Te gustaría conocer a la pequeña y dulce Nana?

Disfrutad, besos:
Lady Ágata

Historia de una niña muy pervertida


¿Por qué soy tan pervertida?
Desde pequeñita me ha gustado el sexo, y he tenido varias (bastantes) experiencias sexuales.
Descúbrelo leyendo estos relatos. Verás hasta donde llega mi perversión.


Disfrutad, besos: 
Lady Ágata

Relatos Eróticos: El silencio en tus labios


Cuando la princesa de boca de fresa se desenamora del príncipe, aparece el caballero oscuro para llevarla a los sitios prohibidos del placer. ¿Quieres ver como una dulce princesa se vuelve en una guarra pervertida? 

Capítulo 2: El nuevo amo de la princesa. Beso 2
Capítulo 3: Deseos de follar... y no poder. Beso 3
Capítulo 4: Cunnilingus en el sofá y follar en la cama. Beso 4
Capítulo 5: Sorpresa erótica para San Juan. Beso 5
Capítulo 6: A cuatro patas bajo las estrellas. Beso 6

Disfrutad, besos:
Lady Ágata



miércoles, 17 de julio de 2013

La lujuria obsesiva de Nana


Nana, desde pequeñita, sabía que era distinta a las demás. Sus pechos habían crecido antes que las demás niñas de su clase. Y con solo diez años le vino la regla por primera vez. Se dio cuenta que los hombres la miraban. No con mirada limpia y tierna, sino con miraba sucia de esas que asustan. Con tan solo quince años tenía cuerpo de mujer y cara e inocencia de niña. No era de extrañar que un tío de dieciocho años la liara jurándole eternas promesas de amor. A la tercera cita él la llevo a su casa y consiguió que perdiera la virginidad a cambio de más amor.

Su primera vez fue dolorosa, claro está. Pero algo cambió dentro de Nana. Empezó a interesarse por el porno y el sexo. No de forma sana, sino de forma obsesiva. Empezó a masturbarse todos los días y a follar muy a menudo con ese chico. Su mente se perturbó hasta el extremo de volverse ninfómana. El sexo con ese novio suyo ya no bastaba. Cortó con él porque no conseguía que ella se sintiera satisfecha. Ella follaba por follar pero eso podría hacerlo con cualquiera. Ella buscaba alguien, alguien con quien cumplir sus fantasías más intimas.

Mientras paseaba por el campus universitario para ver a su padre encontró a su chico perfecto...

Daniel, era un chico normal y corriente. Universitario, vivía con sus padres mientras se sacaba la carrera de Ingeniería Eléctrica. En su tercer año de carrera le iba bien, tanto que tenía una novia guapa, cariñosa y comprensiva. Dani era un buen chico y simpático. Hasta que un día todo cambió...

Cuando abrió su mochila se encontró unas braguitas usadas...

Esas bragas no podían ser de su novia, eran demasiado estrechas... Demasiado rosa... Y olía, olía fuerte. Al llegar a su casa, la cogió con ambas manos y las inspeccionó. Durante un segundo ese olor se metió en su nariz y lo atraía. Su boca se llenó de saliva. Olía muy bien, muy dulce. Inconscientemente acercó las bragas e inspiró. Su cuerpo se estremeció y la excitación llegó a su pene, haciendo que se despertara. Volvió a la realidad y las escondió debajo de su cama.

Intentando no pensar en su regalito, fue al día siguiente a la universidad. Cumpliendo con su rutina de siempre, acompañó a su novia a clase, recogió libros de su taquilla y estuvo atento en clase. A la hora de comer se dirigió a su mesa de costumbre. Le gustaba comer solo, mientras veía algo en su portátil. Se dirigió a su mesa de siempre, pero no estaba vacía.  Una chica preciosa con cara de muñeca estaba sentada leyendo un libro. Tenía el pelo castaño, liso terminando en tirabuzones. Vestía un vestido primaveral y unos tacones. Su cuerpo era esbelto, pechos grandes y espalda estrecha.

Dani miró a los lados, las demás mesas estaban ocupadas como siempre y con la bandeja sería difícil meterse en algún grupo de conocidos con tantas bandejas, así que se aventuró a sentarse con aquella hermosa desconocida...

No se sentó cara a cara, pero si en su lado opuesto. Empezó a comer, concentrándose solamente en la comida. Hasta que cierto olor dulce le hizo estremecer. Era un olor sutil, pero que se podía distinguir del olor a filete con patatas que se estaba comiendo. El olor hizo que levantara la vista hacía ella. Inevitablemente se fijó en su cara redonda, pecas sobre su nariz, labios carnosos y ojos verdes. Leía un libro llamado Las edades de Lulú. Estaba extremadamente sexy. Mientras leía se mordía suavemente el labio y se la oía espirar. Se fijó en su pecho, podía ver el canalillo que se formaba entre sus senos. Como al respirar ella subía y bajaba. En su cuello había un colgante en forma de corazón en el que estaba escrito: Nana.

- Veo que eres muy observador.

Casi asustado, miró hacia su cara, ella le estaba mirando directamente a los ojos.

- Encantada de conocerte, me llamo Nana.
- Emmm, hola. Soy Daniel.

Ella sonrió y siguió leyendo su libro. Él corriendo terminó de comer y fue a irse cuando ella se despidió:

- Espero que mi próximo regalo te guste más...

Dani se quedó en el sitio y volvió a mirarla. Ella parecía en su mundo, dentro del libro. Él pensó que estaba loco y volvió a clase.

Al salir de clase fue a su taquilla para dejar los libros que no le servían. Al abrir no podía creer lo que tenía dentro esperándolo. Un sujetador rosa a juego con las bragas del día anterior estaban sobre sus libros. El corazón empezó a latirle muy rápido, con una mano lo cogió y lo metió dentro de su mochila. Tenía que deshacerse de ese sujetador. Caminando a la salida su novia le cortó el paso.

- Hola cielo, ¿Te gustaría tomarte algo conmigo?
- Hola, bueno pues...

Una melena castaña con tirabuzones paso por al lado de ellos y los sobre pasó. Él no pudo evitar fijarse en  esa muñeca. Mientras su novia hablaba, vio como Nana se giraba mientras sonriendo, sacó la lengua y le mandó un lengüetazo. Volvió a girarse y continuó andando por el pasillo hacia la puerta de salida.

- Lo siento, tengo que irme.

Y dejando a su chica con la palabra en la boca salió en busca de la misteriosa chica. Salió de la universidad y la siguió hasta la parte de atrás de la universidad. Ella estaba esperándole apoyada contra la pared. Él se plantó delante de ella. Sacó el sujetador y nervioso le dijo:

-¿Qué haces? ¿Por qué me dejas esto?
- Es mi ropa interior, pensé que te gustaría.
- No, no la quiero. Tómala.- Y se la lanzó. Nana la cogió y extendió el brazo diciendo -Pero si es mi regalo, es para ti.

Daniel estaba sin palabras, no sabía que decir.

- ¿Te gustó  el olor de mis bragas?
Daniel la miró fijamente a los ojos. Ella empezó a acercarse, lentamente, susurrando:
- Huele bien ¿Verdad?- Se mordió el labio inferior.- Era la que llevaba puestas mientras me masturbaba pensando en ti.

El pene de Daniel empezó a levantarse, estaba muy excitado. Su boca, su voz, sus ojos, sus pechos... Toda ella hacía que se excitara. Ella solo estaba a unos centímetros de él. Y acercó su cara lentamente a la de él:

-Huelo bien, dulce.

Cogió la mano de él y la metió por debajo de su vestido. La subió hasta la entrepierna.

- Esta caliente y es por ti.

Ella se puso de puntillas y lo beso. Él se dejó llevar por la excitación y la cogió de ambos brazos y continuó besándola con fuerza. Pero el hechizo se rompió. Escuchó el ruido de un coche y se separó de ella. Entonces salió corriendo, y mientras caminaba se dio la vuelta y dijo:

- Lo siento eres una chica preciosa, pero tengo novia y la quiero mucho.

Se fue de la universidad sin mirar atrás. Intentó olvidarse de todo, cenó con sus padres y fue con su novia a dar una vuelta. Todavía estaba excitado por lo que había pasado con esa chica. Empezó a besar a su novia y terminó por follársela. De manera brusca y casi sin mirarla. Porque en su mente no estaba la cara de su novia, estaba la de Nana.

Cuando llegó a su casa se tiró encima de la cama. Seguía pensando en el error abismal que había cometido. Le había puesto los cuernos a su novia con otra chica. No podía ser.

Se relajó un poco y conectó su portátil, tenía un correo de una dirección desconocida:

Buenas noches, soy Nana. ¿Te has divertido mucho mientras follabas con tu novia pensando en mi? En este correo te adjunto una imágenes que te resultaran familiares. Por cierto, no me he presentado bien. Me llamo Nana, tengo quince años y soy la hija del director de la universidad. A partir de hoy serás mi esclavo sexual. Voy hacerte mio y volverte loco por mi cuerpo. Si no me haces caso, mandaré estas fotos a tus padres, novia, amigos... E iré a mi papi enseñándole estas fotos y diciéndole que un tío de veintitrés años me esta acosando y pidiéndome ropa interior para sus juegos sucios. No deberías negarte porque a quien crees que creerán, 
¿A ti o una inocente niña de quince años? 

 Tu polla será mía.

Besos, Tu pequeña Nana





















domingo, 7 de julio de 2013

Trajes de Vinilo


Hace mucho tiempo que no hago entradas nuevas para la sección de lencería erótica y el sábado estuve paseando por un sexshop y estuve viendo una prenda que es muy usada dentro del mundo del BDSM que son las prendas de Vinilo

Son prendas muy eróticas y se ajustan a tu cuerpo moldeándolo. La prenda de vinilo esta en cierta forma relacionada con el corset, puesto que ambas expresado de forma sexual, cohíben a quien lo lleva. Hay movilidad, es cierto, pero no es total. Las prendas de vinilo se vuelven parte de ti, otra piel. Sientes como cuesta moverte, como se estira contigo. Al ser plástico el cuerpo brilla. A mi me resulta muy hermoso a la vista. Es cierto que los trajes de Vinilos son caros, sobre unos 50 euros los que menos tapan. Pero es una apuesta segura a esas parejas que quieren innovar.




Estas prendas de plástico también se llaman ropa de PVC, muchas veces se la confunde con el cuero brillante. Para conseguir que estas prendas se mantengan nuevas hace falta seguir una serie de pautas.
La primera es que estos trajes no deben estirarse mucho, puesto que al estar hechas de plástico esta se puede desquebrajar y perder su brillo. Estas prendas no hace falta lavarlas en exceso, pero para limpiarla no le metáis en la lavadora, una esponja de jabón y agua será suficiente. Ten en cuenta que tienes que limpiar dos partes, la interior que es un forro de tejido poliéster y la otra el plástico que lo cubre. Lávalo con agua tibia y retira el jabón con agua fría. ¡Y estas prendas lógicamente no se planchan! Es más no se deben acercar a temperaturas altas, el humo que suelta al quemarse este tipo de ropa es perjudicial para la salud.



Estas prendas es mejor guardarlas aparte. Muchos trajes de color blanco por ejemplo se tiñen al estar en contacto con otras prendas. Si una de tus prendas pierde su brillo lo mejor es utilizar un spray de silicona líquida, este spray se puede conseguir en tiendas de automóviles.

Lo que me encanta de esta prenda es que las hay de todas las formas posibles. Desde ropa interior hasta mayas enterizas. Actualmente muchas cantantes y personajes famosos utilizan ropa de vinilo, y por eso en cierta forma esta abandonando el aspecto sexual de esa prenda. Pero hay una cosa que no puede cambiar, lo sexy que queda el cuerpo al usarlo. Las super heroínas los utilizan, no porque sean cómodos de llevar, sino porque hace que el público masculino tiemblen a verlas, he aquí a parte de mi inspiración: Catwoman.



Este tejido se puede utilizar tanto de maya enteriza como de tanga:


He aquí lo básico, solo apta para chicas que quieren ser dominadas por su chico, solo tapando lo justo y necesario...


Se puede utilizar este tejido para crear corsets. Una cosa os digo, el crujir de la tela al moverte es realmente excitante...


El vestido yo lo usaría como prenda para recibir a tu chico, y sin bragas ponerle la cena en la mesa
agacharte bien para que pueda ver tu coño y tus nalgas asomar mientras te pones a cuatro patas para lamerle la polla...



Esta sirve para la amas, combinado con unos buenos tacones para azotar...



Bueno, espero que esta entrada os ayude para cuidar vuestros trajes de vinilo.
¡Y a practicar se a dicho!

martes, 2 de julio de 2013

Relato erótico: A cuatro patas bajo las estrellas. Beso 6

El camino al hotel se me hizo eterno, estaba ansiosa, excitada y muy avergonzada. Millones de dudas llenaban mi mente. ¿Y si él no venía? ¿Qué tenía planeado para mí? ¿Qué me hará? La idea de que me follara me excitaba aún más. Aparqué el coche y me miré en el espejo retrovisor. Mi cara estaba sonrojada y caliente, mis labios hinchados y húmedos y mis ojos brillaban. Era una autentica gata en celo. Lentamente me bajé del coche y agarrándome la falda me dirigí a la puerta del hotel.

Él estaba en la entrada, muy guapo. Vestía pantalones oscuros y camisa blanca con bordes morados. Su peinado particular y su mirada profunda. Sus ojos siempre me han parecido lo más erótico que he visto nunca. Su mirada era dominante y suave a la vez. Y su boca con labios finos se mantenían rectos hasta que me vio, entonces esbozo una leve sonrisa que llegó a más cuando me vio con claridad la cara:

-Estas muy caliente, mi princesa.- Yo no podía decir nada.- Llevas puesto mi regalo, se nota. Debes estar caliente como una perra.

Notaba como mi jugo caía lentamente por el interior de mis muslos. Apreté las piernas y respire´. Tenía que tranquilizarme, allí pasaba gente.

-Sígueme.- Iba detrás suya, entramos al hotel, pasamos a la recepción y entramos al bar del hotel, donde había una especie de fiesta. Donde gente muy arreglada bailaba sin parar y apenas se podía ver nada. Yo apretaba  las piernas y el vestido para que no se moviera si un centímetro. Yo lo seguía sin preguntar nada, él andaba rápido. Parecía que él también estaba ansioso.  Como veía que me quedaba atrás me cogió de la mano y tiro de mí. Pasamos por la multitud y salimos a una terraza. Siguió tirando de mí por unas escaleras hacia la playa. Allí había hogueras y gente bebiendo. Se me hundía los pies en la arena y me iba cayendo.  Él iba muy rápido y me alejó de todo el mundo.

Las hogueras estaban muy lejos, la gente ya no se veía. Solo se veía la luna y las olas del mar. Se paró de repente.

-Eres una niña muy guarra.- Se dio la vuelta y me agarró del pelo, tiró para abajo y me arrodilló frente a él. Se giró y me puso a cuatro patas. Levantó el vestido y metió de golpe sus dedos.

-¿Qué es esto? Sabía que mi regalito te iba a poner cachonda pero no sabía que tanto.

Me levantó el vestido por encima del culo y me azotó. No muy fuerte pero todo mi trasero tembló. Con mis dedos agarré la arena y la apreté como si fuera una sábana. Él se agachó y empezó a lamerme el culo. Eso me excitó muchísimo. Me besaba y me lamía el trasero. Apenas podía verle. De repente me mordió. Me mordió muy fuerte y se me escapó un grito. Siguió mordiéndome en diferentes partes del culo. Dios, estaba chorreando.
Me tumbó del todo y me puso boca arriba. Me quitó el vestido y me dejó en sujetador y bragas sobre la arena. De rodillas desde arriba me observaba:

-Estas buenísima, me pones muchísimo. Tu boca, tu pecho, tus caderas…

Entonces se agachó y me mordió uno de mis pechos, y lo mordió con fuerza:

-Voy a enseñarte lo que es follar de verdad.

Me quitó el sujetador de un tirón. Se bajó los pantalones, me abrió las piernas y me penetró. Empezó a lamerme las tetas y a morderme los pezones:
-Mastúrbate.
-¿Qué?
- Mastúrbate el coño. Sin parar, hasta que te corras.

Bajé los dedos hasta mi clítoris y empecé a moverlo en círculos poco a poco. A la vez el me penetraba con suavidad hasta el fondo y me lamía los pezones. Dios, era demasiado. Sentir su polla, mis dedos excitándome aún más y su lengua. Joder, todo se unía en mi cabeza dándome muchísimo placer. Su lengua coordinaba con mi mano y con su polla. Triple placer. Nunca había hecho esto. Estaba a punto de correrme y el subió en ritmo y yo le seguí con mi mano.  Me iba a correr, esto es demasiado. Me temblaba todo y no quería parar. No quería llegar. Quería seguir disfrutando. Me corro, me corro, me…

Fue el orgasmo más intenso de toda mi vida. Mi cuerpo entero se explotó. Un escalofrío recorrió mi cuerpo, desde la cabeza hasta los dedos de los pies.

-Disfrútalo, mi princesa, disfrútalo.

Él me observaba con su polla metida aún dentro. Cuando me calme él sonrió:
-Ahora me toca a mí.

Me cogió de ambas piernas y con sus brazos se apoyó en ellas abriéndolas por completo. Me penetró hasta el fondo y comenzó a darme muy rápido y muy fuerte. Podía ver como él gemía y se estremecía de placer. Yo todavía estaba sensible y el roce hacía que sintiera su polla un montón. Como entraba y salía. Empezó a darme tan fuerte que creí que me iba a romper en dos. Entonces el sacó la polla la acercó a mi cara y se corrió en ella. Se corrió sobre mis labios. Con mi lengua me tomé todo su semen.

El sacó un pañuelo y me terminó de limpiar. Había sido increíble. Se tumbó a mi lado y empezó a besarme los hombros y el cuello:
-Estarás cansada, ¿Vamos a nuestra habitación?
-¿Si teníamos habitación por qué…?
No contestó. Sonriendo me levantó y me ayudo a vestirme. Se acercó a mi cara y me besó en los labios. Muy dulce. Cogió mi mano y me llevó con él.

Creo que me estoy volviendo adicta a su polla.

Haz clic aquí para leer el siguiente capítulo!

lunes, 1 de julio de 2013

Historia de una niña muy pervertida... (parte 2)


Antes de conocer a mi primer novio, tuve la oportunidad de probar lo que sería Cibersexo. Conocí por Internet un chico de mi edad que me gustaba mucho. Vivía muy lejos pero eso no suponía ninguna ningún obstáculo en principio. Hicimos lo de costumbre, enviarnos regalos por correo, pasar el día chateando... Una noche, a las cuatro de la mañana, me pidió que si podía verme en ropa interior. Él, a cambio, se también se la quitaba. Ambos estábamos semidesnudos en a la pantalla del otro. Él me dijo que como éramos novio no pasaba nada si yo me quitaba el sujetador y la cosa siguió así hasta que ambos estuvimos desnudos. Él empezó a pedirme cosas, como pellizcarme los pezones y darme en el clítoris. Mientras, él tenía la cam apuntando a su polla y se estaba masturbando. Seguimos así muchas noches yo me tocaba mientras el se tocaba.

Un día mientras chateaba con él, estaba tomándome un Chupa Chups de fresa. Y a él se le ocurrió una idea. Coloqué la cam apuntando a mi entrepierna desnuda. Primero me mandó que me pusiera a chupar el Chupa Chups hasta que estuviera bien húmedo. Me dijo que lo pusiera en mi entrada y lo frotara por mis labios de mi coño, Así hice, yo notaba que era suave y pringoso. Después de un minuto, me dijo que me lo metiera entero. Al principio me rehusé, era virgen y no quería perder la virginidad con una chuche. Pero me dijo que era demasiado pequeño como para eso y me convenció. Me metí el Chupa Chups en el coño. La verdad es que no dolió, pero si me costó un poco introducirmelo. Él de mientras seguía masturbándose. Lo moví lentamente dentro de mí tanto en círculos como dentro y fuera, no estaba mal.

Después de aquello estuve una semana entera con el coño pegajoso. La entrada y la vagina me seguían sabiendo a fresa durante un tiempo. Pero como toda relación a distancia no duró. Entre otras cosas porque ambos necesitábamos más que estar delante de la pantalla tocándonos. Necesitábamos el contacto de otra persona.

Mi primer novio fue un chico increíble, al cual pervertí yo. Él era un chico inocente y virgen que como mucho se había masturbado un par de veces con alguna peli porno. Nuestros juegos empezaron antes de comenzar a salir. No me acuerdo muy bien como, pero empezamos a comernos el cuello el uno al otro. Jugando a, a ver quien aguanta más. Uno empezaba a comerle el cuello, y el otro tenía que aguantar besos, mordiscos, lametones y demás sin decir ni pío. Para él era mas duro, si yo me excitaba él no se iba dar cuenta, pero a ver que hacía él con su polla. Era muy divertido. Resulta, que por mayor comodidad yo me tumbé en la cama y él encima. Empezamos a jugar a nuestro jueguecito, me besaba por detrás de la oreja y lamía mi cuello hacía abajo. Cuando llegaba a la clavícula me rozaba con los labios. Yo sujetaba mi ropa y tiraba de ella hacía abajo para que no molestara. La cosa es que él comenzó a bajar y yo bajaba la ropa también. Hasta el punto en que empezó a lamerme el pecho y besarme los pezones.

Hasta ese instante no fui consciente del placer que podía proporcionarme mis pezones. Y lo que me resultó más gracioso es que antes de que nos besáramos en la boca él ya me había comido las tetas. Comencé a salir con él. Realmente me gustaba, pero tenía poca experiencia amorosa.

Es cierto que perdí la virginidad tarde para lo ansiosa que era yo para el sexo. Pero también es verdad que perfeccioné mi forma de dar placer con la boca y con las manos. Se puede decir que era muy mala y hacía que él se corriera una y otra vez sin apenas dejarle descansar. Y que otras le daba hasta que iba a correrse pero paraba para hacerle sufrir. Fue a los casi dieciséis años cuando llegué al orgasmo por primera vez. Había leído sobre él, había visto vídeos de tías corriéndose. Lo había estudiado mucho. Pero nunca pensé que sería de esa forma. Nunca me había buscado el orgasmo por mi misma y la primera vez que llegue lo hice de casualidad. Me había puesto encima de él, no tenía su polla metida dentro pero si mirando hacia su cara con mi coño rodeándolo. Lo hacía para que nos rozáramos, una de mis técnicas infantiles para calentarle. La cosa es que con su polla rozaba mi clítoris y como era él el que manejaba mi cadera hizo que yo me viniera.

Al principio me asusté, porque pensaba que me iba a hacer pipí encima. Pero resultaba que no, y como estaba asustada no llegaba a disfrutarlo sino que mi cabeza lo cortaba. Mi primer grandioso orgasmo fue mientras él me comía el coño y me dio tanto placer que me dejé llevar. No perdí la virginidad hasta los dieciocho años, pero entre medias experimente muchos juegos que íbamos encontrando.

La primera vez que mezclé la comida con el sexo fue a los diecisiete años. Yo seguía con mi primer novio. Tengo que confesar que tengo debilidad por el chocolate y sobre todo por los helados de Straciatella. Sobre todo los de tarrina grande del Mercadona. Estaba comiendo una tarrina con él en el sofá cuando se me ocurrió la idea. Mezclé dos cosas que me encantaban: su polla y la Straciatella. Puedo decir, que fui muy sucia. Al principio solo llenaba su polla de helado y yo lo chupaba. Pero fue a más, paseaba su polla llena de helado por mi cara y mis tetas. Él comenzaba a lamerme mientras yo le echaba helado por el cuerpo y restregaba mi coño por su polla para que también se llenara de helado. Manchamos todo, él sofá el suelo nuestro pelo. Para quitarlo todo después tuvimos que ducharnos a fondo. Yo tenía helado por mi pelo y por mi culo. Él por su polla sus piernas si cara (de incrustar su cara en mi coño) Fue muy divertido y pegajoso.

Jugué a más cosas con él, pero eso es algo que ya os contaré más adelante...



















viernes, 28 de junio de 2013

Relato Erótico: Sorpresa erótica para San Juan. Beso 5


 Era una caja blanca y pequeña. Un lazo rojo la adornaba insinuando que había una sorpresa en su interior. Yo llevaba casi dos horas delante de ella observándola. Me la había encontrado encima de mi mesa de trabajo al llegar. Ni Amanda ni mis otras compañeras sabían de quien era. Cuando pregunté abajo solo me dijeron que un hombre lo había traído esa misma mañana. “Era un hombre muy atractivo”, decía Dolores, la anciana y simpática recepcionista de la revista. Sabía nada más ver la caja que era de él. No me atrevía a abrirlo y me había costado casi una hora echar a mis amigas de allí. Son todas muy cotillas.

Estaba temblando… ¿Qué había tramado para mí? Se me ponían los pezones duros cada vez que mi mano estaba a punto de tocar la caja. Pensaba mil y un regalos que podía hacerme, pero yo solo pensaba en regalos guarros y obscenos. Regalos para darme placer o para dárselo yo a él. ¿Un vibrador?, ¿Un lubricante? ¿Unas bolas chinas?...  Ufff, mi mente no paraba de sacar ideas y fantasías. Tenía el tanga empapado y el clítoris me palpitaba. No podía parar de moverme en la silla. Esta me rozaba el coño y me daba algo del placer que tanto anhelaba.

Con el dedo índice toqué la esquina de la caja, se me puso la carne de gallina. Empecé a acariciar el borde y cada vez estaba más mojada. Dirigí la otra mano hacía mi entrepierna. Paré, dios no puedo ser tan pervertida, tengo que controlarme un poco. No puedo masturbarme en mi trabajo, es poco profesional. Creo. En un impulso tiré del lazo rojo que lo rodeaba y lo deshice. Coloqué la mano sobre la tapa mientras me mordía los labios. Tenía la boca húmeda y caliente. Quité la tapa y cogiendo aire miré dentro. ¿Qué es eso?

Con dos dedos cogí una especie de tela que había dentro. Tiré de la tela y la saque. ¿Un tanga? O mejor dicho ¿hilos? Con ambas manos lo abrí. Era un tanga, que era más adorno que otra cosa. Tenía cuatro hilos negros contados, los que iba a la cadera tenían volantes de encaje rojo. No cubría nada. Nada, nada. Tenía forma de tanga hasta el espacio entre en el ano y el coño, a partir de ahí se dividía en dos tiras, que como imaginaba pasaban por la ingle rodeando el coño sin tapar absolutamente nada.

Dentro de la caja había una nota:

“Póntelo para San Juan, con un vestido corto. Ven a mí, princesa, si quieres conseguir placer”

Detrás de la nota venía escrito la playa y la hora. Llegué a casa pronto, no tenía ningún plan para San Juan. Amanda me había convencido para que fuera con ella y las demás a una discoteca. Pero obviamente, anulé el plan. La playa donde me había citado era privada, de un hotel. Después de pensármelo mucho, le mandé un Whatsapp diciéndole que sí. Me contestó al instante diciendo: “Estoy ansioso… Y mi polla también”

Empecé a ponerme nerviosa. Me duché con mi gel de chocolate, quería que le gustara mi olor. Salí, me sequé y me peiné. Desnuda me puse frente al espejo, cogí  el tanga y me lo puse. Al verme sentí vergüenza, me puse roja y empecé a lubricar. Tengo el coño bien depilado y con esa prenda se veía todo y cuando digo todo, es todo. Podía ver mi clítoris asomando. Quiero estar en sus brazos y sentirlo y que hunda su cabeza en mi… Mi coño.

Me puse un sujetador negro sin tirantes para ponerme un vestido negro de palabra de honor y tacones rojos con encaje negro por el filo. Quería esta sexy para él. Cuando iba a salir me di cuenta que los tacones no eran la mejor opción. Tacones, arena… Ya sabéis. Cuando salí a la puerta de la calle me di cuenta de la magnitud de la decisión que había tomado. Había llevado tangas con minifaldas y vestidos, pero esto… La sensación de frescor en el coño, hizo que las pareces de mi vagina se contraerán.  Mi cuerpo se paralizó y mis pezones se me pusieron duros. Tenía la sensación de estar desnuda, sabía que estaba vestida y cuando miraba para abajo no asomaba nada. Pero me sentía desnuda.
Ya no podía echarme atrás, estaba demasiado excitada, caliente y me había preparado mucho para esto… Él me estaba esperando… Y mi coño a él.

Miré las escaleras, lo único que tenía que hacer es ir al coche. ¿Por qué lo aparcaría en la esquina de la calle? Baje la escalera lentamente, mirando a todos lados. Seguro que desde abajo podría verse mi… En frente del portal cogí aire, me baje lo más que pude la falda y salí a la calle. Al salir todo iba bien, hasta que al dar dos pasos, una brisa veraniega levanto levemente mi falda. El aire me acarició nalgas, se metió entre mis piernas y rozó el clítoris. Esto hizo que todo mi interior se encogiera. Mi coño se humedeció, la piel de mis pechos se encogió. No podía más estaba muy excitada, tenía mucha vergüenza. ¿Se vería desde fuera como estaba?

Soy una autentica pervertida. De repente una pregunta inundó mi mente y me cortó la respiración. ¿Y si el aire levantaba la falda y se veía lo que llevaba puesto? Había bastante gente en la calle y varios hombres, hombres que me miraban. ¿Se habrían dado cuenta de mi estado? Mi cara se mostraba excitada, se notaba que estaba caliente y ellos lo sabían. Con las manos sobre la falda, empecé a andar deprisa hacia mi coche. Cuando llegué, saqué las llaves y me metí dentro. Tenía el coño pegado al asiento. Abrí las piernas y se veía mi jugo en el asiento. Tenía muchas ganas de masturbarme y correrme. Allí mismo en el coche, pero la gente miraba y solo me quedaba veinte minutos para llegar al hotel...

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Cunnilingus

Hola mis queridos pervertid@s!

He estado un poco perdida, porque estaba disfrutando de los placeres de la vida en la playa. Me encanta tomar el sol con mi cuerpo desnudo, sentir el calor sobre mi cuerpo. Pero no me he olvidado de escribir varias cosillas para mi blog. Hoy para mi enciclopedia personal sobre el sexo quiero hablar sobre el Cunnilingus:



Se le llama cunnilingus a la acción de comerse un coño. ¿Simple verdad? Digamos que es lo mismo que una mamada pero hacía una chica. Muchos hombres son reacios a practicar el cunnilingus. Es verdad que el aparato reproductor femenino huele más fuerte y tiene más fluidos. El pelo. Pero la mayoría de los hombres que lo prueban al final le encanta. Yo he estado con dos chicos que nunca lo había hecho y al final ambos metían la cabeza entre mis piernas sin yo pedírselo.
Nunca he estado con una mujer, así que no puedo ofrecer experiencia de practicante, pero sí de recibidora. A todas las mujeres nos encanta que nos coman el coño, yo no iba a ser una excepción.
Lo primero de todo, es que hay que tener en cuenta es que el coño es aún más sensible que la polla. Muchos hombres se masturban a lo bestia sin tener en consideración su propio pene y luego cuando están con la chica, lo tratan como si fuera de plástico. El coño es muy complejo. Es un sitio lleno de musculatura y de nervios, sobre todo en la zona del clítoris. El clítoris es lo que se estimula y lleva al orgasmo a la hora de hacer el cunnilingus. Y para algunas mujeres su único medio para llegar al orgasmo.



El clítoris es una zona muy sensible. Los chicos tenéis que tener en cuenta que al tocarlo podéis llegar el éxito o cagarla a lo bestia. Yo me he encontrado con chicos que tocan el clítoris con manos muy ásperas. Y de veras hace mucho daño. Volviendo al tema del cunnilingus un comienzo lento es lo mejor. Es verdad que hay chicas muy bestias como yo, que si van muy a saco pues como que les pone más. Pero a chicas más sensibles y primerizas siempre hay que empezar lentamente. Lo mejor es tumbarla en la cama para que se encuentre cómoda. Y tú también situarte de forma cómoda. Empieza a besa y lamer la cara interior de sus muslos muy despacio. Ella tiene que sentirse deseada y ver como tu legua disminuye disfrutando de su sabor. No te olvides de tu cara. Tu mirada es muy importante para excitarla y hacer que disfrute más.

Acércate lentamente a la ingle y con tu lengua repasa el borde de la ingle. Eso la volverá loca. Una vez que llegamos al meollo del asunto, prefiero hacerlo por partes como Jack el destripador:




  •     Entrada de la vagina: Con los dedos abres bien la entrada. Que tú puedas verlo todo. La zona de la entrada es menos sensible, pero puedes rodearlo con tu lengua y penetrarla con la misma. A la vez que realizas el cunnilingus puedes ayudarte de tus dedos (Recuerda que si los tienes ásperos échate crema hidratante). Otra forma de hacer que ella se moje más es besándolo. Bésalo como si sus labios interiores fueran los de su boca. Mójalo con tu propia saliva e introduce dos dedos con cuidado. Esto ayudará si la chica es estrecha o le cuesta excitarte. Luego la penetración será más suave y le producirá más placer.
  •  De la entrada a la vagina hacía el clítoris: En esta zona se encuentra la salida de la uretra de las mujeres. Es una zona que fácilmente se puede infectar así que por dios lavaros las manos antes de jugar. Las infecciones en las chicas son muy dolorosas. Los chicos muchas veces tenéis infecciones y ni os enteráis porque la distancia desde la salida de la uretra y la vejiga es mayor. El truco para esta zona es ir con la lengua desde la parte de arriba de la entrada hacia la parte baja del clítoris. El clítoris tiene forma de pliegue por debajo. Como si el clítoris se abriera formando los labios. Pues donde se juntan ambos pellejitos que queda abajo, lo que sería el frenillo del clítoris, es muy sensible. Puedes empezar despacio desde abajo y subir muy lento. Y cuando estas a punto de rozar el clítoris parar y de un impulso darle un lengüetazo. Eso hará que sus piernas tiemblen.
  • De la entrada de la vagina hacia el ano, el periné: Esto es solo para mujeres que son más atrevidas o que practican el sexo anal. Y que a ti te guste el llamado beso negro. El beso negro es besar y lamer el ano. Practicarlo, recibirlo o hacerlo que dentro de la pareja. Mientras haya higiene y sea en acuerdo de ambos, no tiene que haber ningún problema.
  • Clítoris: Pasamos a la parte importante. La mayoría, por no decir todas, llegan al orgasmo al estimularlo. El clítoris al estimularlo puede llegar a duplicar su tamaño. Es muy sensible, lleno de terminaciones nerviosas y si no se trata con cuidado puedes hacerle mucho daño. Experiencia propia, muchas mujeres lo tienen tan sensible que por ponerse unos shorts ajustados ya se hacen daño. El secreto para el clítoris se encuentra en los ritmos y el nivel de presión que se ejerce sobre él. La parte del ritmo depende de la finalidad del cunnilingus. Si es para que ella llegue al orgasmo antes, después o durante la penetración tienes que aumentar el ritmo poco a poco. Desde suave lametones hasta secuencia de lametones no fuertes y muy rápidos.
    A mí me pasa que cuando lo haces estos últimos sobre mí en la zona baja de mi clítoris me dan como espasmos involuntarios en la pierna y no puedo llegar al orgasmo. Yo le digo a mi chico que se fije mucho en mis piernas, si se mueve de forma rara es que no lo está haciendo bien. Si tienes tiempo y es por pura diversión cambia los ritmos y juega con ella. Si eres primerizo, primero deja que ella te muestre lo que le gusta. Que te guíe. Pregunta si le gusta o no. Como yo siempre digo, todo va con la práctica. Mientras más prácticas más te harás a su coño. Hasta el punto en que tú la dominaras a ella completamente y la tendrás en tus manos en busca del orgasmo. La combinación de ritmo y presión te llevaran a un éxito seguro. También puedes tratar al clítoris de forma juguetona: pasar la lengua por el alrededor, rozarlo con los labios y hasta morderlo. Pequeños bocaditos siempre son excitantes pero no te olvides, puedes hacerle daño.



Cuando ella llegue al orgasmo,  lo mejor es presionarle el clítoris con la lengua y moverlo poco a poco. Si no se vuelve muy sensible y le puede doler. Yo soy de las de poner mi dedo y apretarlo mientras él mete su lengua en mi vagina y lo mueve.
Hay chicas, yo por ejemplo. Que le gusta que él encaje la barbilla en la entrada de la vagina, así cuando él se mueve para darte con la lengua en el clítoris mueve al barbilla y te estimula la entrada. También sé que hay mujeres que les encanta que ellos abran la boca y que apoyen su mandíbula alrededor del clítoris y con los dientes apoyados lamer el clítoris.




Pero cada chica es un mundo. Y habrá cosas particulares que le guste a ella
pero a otras chicas no. El éxito se encuentra en la práctica y el cunnilingus es una de las mejores formas de compensar a tu pareja.

Espero que sea bastante completo, muchos mordisquitos:

Lady Ágata