viernes, 29 de marzo de 2013

Bondage


Yo particularmente lo llamo con mi pareja: "El juego de la Dominación". Se trata de inmovilizar de forma parcial o completa a tu pareja. Esta práctica suele estar relacionada con el Sadomasoquismo y con los Amos y sumisos. Pero a todos se nos ha ocurrido comprar unas esposas para darle una sorpresa a nuestra pareja.

Considero el Bondage como un arte. Hay fotógrafos como Tom Ray que estudian el Bondage para crear maravillosa fotografía erótica:
Lo que se conoce como Bondage proviene de una práctica japonesa llamada Shibari. Era una técnica sutil y codificada que se utilizaba en forma de tortura a prisioneros, enseñados por guerreros Samurái. Es más, durante el Siglo XV se utilizaban en medio del campo de batalla. Durante el periodo Edo (1600-1878) se desarrolló un arte marcial llamado Hoboku-jutsu, cuyo objetivo era atrapar y mantener retenidos a los enemigos sin dañarles por medio de cuerdas. Muchos opinan que Hojojutsu es el auténtico precursor de Shibari, es decir, Bondage. De finales del periodo Edo se han encontrado las primeras imágenes sobre Bondage propiamente dicho. Imágenes donde se muestra el uso de la cuerda con fines eróticos.




El Bondage tiene su propia técnica y estética. Se conoce tres prácticas básicas:

Shinju- Las perlas: Bondage de senos.




Sakuranbo- Las cerezas: Bondage de las nalgas.



Karada- El cuerpo: Bondage de cuerpo completo.



Esta técnica es tan excitante como peligrosa. Aquel que ata a su pareja debe tener una gran técnica para amordazar sin hacer daño. Además hay que conocer los límites de tu pareja. El arte del Bondage puede ir desde solo utilizar esposas hasta atar el cuerpo entero, hay un gran camino para poder llegar a los límites del Bondage.
Para la gente que comienza en esta práctica debe empezar poco a poco. Yo empecé por inmovilizar partes del cuerpo. Es bueno empezar con las muñecas y los tobillos. Para eso utilizamos estos juguetitos:




Conforme vas subiendo el listón, comienzas de lleno con las cuerdas. Las cuerdas es algo delicado la verdad. No puede ser una cuerda cualquiera, lo mas seguro es ir a una tienda erótica y comprar una cuerda larga de unos 9 o 10 metros para comenzar a experimentar. Lo mejor que puedes hacer es buscar libros sobre el Bondage, se que hay vídeos de algunos practicantes por la red, pero lo mejor es documentarte bien y leer a los expertos. Parece algo tedioso, pero el Bondage es un arte y tu pareja se merece que si lo haces que lo hagas bien.

Por otra parte, tenemos las mordazas. Desde que me regalaron la mía no puedo vivir sin ella. Es un complemento ideal para el Bondage. Hay de muchos tipos, se pueden utilizar desde pañuelos hasta pequeñas alegrías que se compran en las tiendas eróticas. Yo la que tengo es la mordaza de Bola con agujeros:
Ya mismo haré un apartado de juguetitos y os pondré todos los tipos de mordazas que hay.

El siguiente nivel es la inmovilización total del cuerpo, en un manga que leo a la persona que se le hace esto se le llama: un trozo de carne. Es algo fuerte, para llegar a este nivel hace falta mucha experiencia y confianza con tu pareja.Esta técnica deja al dominado sin oír, sin ver, sin sentir. Es oscuridad absoluta.

Por último quiero hablaros de las suspensiones dentro de Bondage.



Esto para mí es lo mas difícil. Se necesita tener un espacio preparado para eso y mucha, mucha, muchísima técnica y hacerlo bien para no hacer daño.

Bueno espero que esto os aclare un poco sobre lo que es el Bondage y recordad el sexo es disfrutar.


martes, 26 de marzo de 2013

Relato Erótico: Deseos de follar y no poder. Beso 3


- Princesa, tu amo está aquí.

Me quedé sin respiración, paralizada. Él se sentó en frente mía, estaba guapísimo. Se le veía muy relajado, muy seguro de sí mismo: Dominante. A mí se me iba a salir el corazón del pecho. Se sentó dejándose caer hacía atrás, yo estaba sentada tiesa como un palo. Llevaba una camiseta negra con una calavera y unos vaqueros oscuros. La camiseta le quedaba muy ajustada, se le marcaban los músculos de los brazos, los hombros y los pectorales. No pude evitar fijarme en el bulto que le salía de la entrepierna. 

Su pelo negro estaba peinado hacía atrás. Se notaba que acababa de afeitarse, tenía la piel de la cara lisa, sin ningún pelo y su perilla perfilada. Él también se había preparado a fondo para la cita. Eso me relajó un poco. Podía ser que yo le gustase..."¿Gustar? ¡Para de hacerte ilusiones!" Me dije a mi misma: "Por ahora lo único que has hecho es chuparle la polla en el baño de mujeres de una discoteca.

Él pidió otro refresco. Nos mantuvimos sentados y callados. Él me observaba, yo notaba como él me miraba cada centímetro de mi piel, como si estuviera memorizando cada lunar de mis brazos, mis piernas y mi cuello. Seguía observándome incluso por encima del vaso mientras bebía. Me miraba con deseo y perversión, yo sentía como ardía cada parte de mi cuerpo en la que se fijaba. ¿Qué cosas imaginaba conmigo en su cabeza? ¿Hasta donde quería llegar?.

Me sentía abrumada, no podía mirarlo directamente a los ojos. Mis mejillas estaban rojas, tanto que incluso yo me lo notaba. Era como si estuviera desnuda frente a él. Parecía que en cualquier momento fuera a comerme, a follarme allí mismo encima de la mesa y delante de todos los clientes. Esa idea hizo que se me empapara el tanga de encaje. Era un conejito a punto de ser devorado por un lobo hambriento, y a mi no me parecía mala idea.

Dios, ¿Cuando me he vuelto así? Yo no era tan... Pervertida. ¿Desde cuando tener sexo es tan importante? O mejor dicho ¿Desde cuando mantener sexo con este hombre es tan importante?

Él se inclinó hacía delante, apoyó sus codos en la mesa y en voz baja dijo:
-¿Sabes...? Ver como tus labios jugosos besaban mi polla me excita mucho.

Sin darme cuenta empecé a jugar con mi lengua, mi boca se lleno de saliva. Menos mal que tenía la boca cerrada.

- Quiero que seas mi compañera de juegos...
-¿Cómo?
- Quiero que seas mi juguete sexual.

Eso me puso muy cachonda. Siguió hablando:

- Te prometo que vas a disfrutar, te haré sentir cosas que ni siquiera sabías que existían. Ayer me dí cuenta de que eres perfecta para mí, eres como un diamante en bruto. Tu anterior amante te desaprovechó.

Yo estaba hipnotizada.

Déjame educarte, sé mía.

Entonces, dejándome llevar por mi entrepierna en vez de por mi cabeza o mi corazón respondí:

-Si

El tanga de encaje ni siquiera llegó a la puerta de mi casa.

¡Haz clic aquí para ver el siguiente capítulo!

jueves, 21 de marzo de 2013

Relato Erótico: El nuevo amo de la princesa. Beso 2


Su voz profunda y sensual, su aliento que me hace cosquillas en las orejas...

¡Dios, que sueño tengo! Después de lo que pasó anoche, no he podido pegar ojo. Al llegar a mi casa necesite varias sesiones con mi consolador para calmarme un poco, pero no fue suficiente. Me faltaba calor, sudor y gemidos. En la cama solo daba vueltas y vueltas pensando en ese hombre. ¿Cómo se llama? ¿De dónde ha salido? Tengo que olvidarme de él, de sus ojos, de su olor, de su polla...

Joder, otra vez me estoy mojando...

Bueno a trabajar. Soy maquilladora, maquillo modelos para una revista de moda. Me encanta mi trabajo, puedo ser creativa y me relaja mucho maquillar. Estaba limpiando mis brochas cuando... "Tirí, tiriiii". ¿Mi móvil? Era un WhatsApp de un número que no conocía, decía:

"Buenos días, princesa"

¿Princesa? Le contesté:
"Creo que te has equivocado de persona"
Al segundo respondió:
"¿Estas segura de eso, mi dulce princesita?"
Princesa... Un escalofrío recorrió mi cuerpo. ¿Era él? El recuerdo de su voz hizo que empezara a temblar.
"¿Quien eres?"
Su respuesta lo dejó muy claro:
"Tu amo"
"¿Qué quieres de mí?"
"Deseo verte"
El corazón me latía muy rápido. No puedo, esto no está bien. Es todo tan raro, ¿de dónde ha sacado mi número? Yo también deseaba verle. Solo con recordar la noche anterior... Recordar su aliento, su voz, sus manos fuertes...

- Cariño, ¿estás ocupada?- Amanda, mi mejor amiga estaba en la puerta.
- Cielo pasa, dime ¿qué necesitas?
- Anoche, cuando te fuiste tan rápido a tu casa, un chico se me acercó y me pidió tu número.
- ¿Le diste mi número a un desconocido?
- ¡No cariño! Es amigo de Eduardo, estaba muy interesado en ti.
-¿Cómo se llama?
- Hector.- ¿Hector? Bonito nombre, ¿puedo confiar en él?
- ¿Has dicho que es amigo de Eduardo?
- Si, su amigo de la infancia. Parece un buen chico, así que si te pide una cita no seas tonta. La vida continúa.- Y se fue, dejándome con la cabeza loca llena de dudas.

El móvil sonó de nuevo, era otro WhatsApp, decía:

"No te arrepentirás"

No dudé y escribí:
¿Dónde quedamos?

No sé como acepté, de repente estaba en la ducha preparándome a fondo para ir a una cita con un desconocido, que perfectamente podía ser un acosador. Pero estaba tan, tan cachonda. Fue muy brusco conmigo y aún así me daba tanto placer. ¿Qué más cosas podría descubrir con él? ¿Qué sensaciones? Mis pezones se ponían duros solo con pensarlo. Quería que me mordiera. Mis manos empezaron a  deslizarse hacia mi entrepierna. ¡No! ¡Para! No es hora de hacer eso. Tengo que concentrarme. Muy bien, estoy limpia por todas partes y huelo a fresas.

Salí de la ducha, me sequé el pelo y me maquillé. Me dirigí al armario, lo abrí y me quedé diez minutos mirándolo. Después de un gran debate en mi cabeza, saqué un vestido azul a juego con el maquillaje que llevaba con unas sandalias. Me puse la ropa interior más bonita que tenía, un sujetador negro de encaje semitransparente y un tanga rojo y negro con encaje a los lados. Me vestí completamente e hice cinco comprobaciones de que estaba perfecta.

Habíamos quedado en una cafetería cerca de mi casa. Antes de entrar miré el reloj. Iba a entrar justo a la hora, no antes para no parecer desesperada, ni más tarde para  no parecer mal educada. Vale, es la hora. El corazón me latía muy rápido. Estaba nerviosa y ansiosa, ¿por qué estaba tan emocionada? Me sentía caliente, el chupeton que me dejó debajo de la oreja me ardía.

Era el momento, no podía dudar. Al entrar me quedé quieta y lo busque con la mirada.

 No estaba.

Ufff, me relajé un poco. Me senté en una de las mesas del local y me pedí una coca-cola. Pasaron varios minutos. ¿Y si no venía?

Entonces, sentí su aliento en la oreja y su voz sensual y profunda dijo:

-Princesa, tu amo está aquí.

¡Haz clic aquí para leer el siguiente capítulo!

martes, 19 de marzo de 2013

Relato Erótico: Su polla en la boca de la princesa. Beso 1

Nunca había estado tan avergonzada, tan mojada y tan caliente...

Después de tres años de relación con el príncipe azul me encontraba sola, amargada y en la silla de una discoteca de alto nivel del centro. No se que pasó, de verdad, todo era perfecto. Él era un caballero ejemplar, siempre me llevaba a todas partes y era muy amable. Incluso en la cama siempre pensaba en mí. Siempre era yo la primera, cuando lo hacíamos era muy suave y amable. Estaba muy bien, no necesitaba nada más. Pero un día, sin saber por qué dijo "Se acabó".
Y bueno, aquí estoy, en una discoteca, super maquillada, con un vestido excesivamente estrecho y tacones demasiado altos. Pasé tres semanas en mi casa encerrada, llorando con mi osito y mi consolador, mis amigas entraron a la fuerza en mi casa y me secuestraron. Como a una Barbie me vistieron y me arrastraron hasta aquí. Después de dos horas viendo como mis amigas se emborrachaban y bailaban con tíos, empecé a aburrirme como una ostra, iba a levantarme y a irme...
cuando él apareció.

No era el típico guaperas, aunque si que era un poco chulo. Estaba con sus amigos, era alto y fuerte. Tenía un cuerpo atlético.  Su pelo era negro y corto. Su cara era recta y angulosa. Su nariz era bonita y sus labios finos. Llevaba una camisa morada y unos pantalones vaqueros oscuros. Me llamó la atención sus manos eran grandes, muy fuertes. Entonces, él me miró. Sus ojos eran verdes oscuros, como las hojas al llegar el otoño. Eran preciosos.

Yo... no podía moverme, estaba paralizada, él me miraba y sonreía. De repente, mi boca se llenó de saliva y mis labios se entreabrieron. Un escalofrío recorrió mi piel desde la nuca hasta la punta de los pies, sentí como mi entrepierna se calentaba.

Él deshizo el hechizo apartando la mirada y siguió hablando con sus amigos. Cuando volví a la realidad me dí cuenta de que estaba mordiéndome los labios, menos mal que nadie me estaba mirando. Cogí el bolso y fui al cuarto de baño, no sabía que me había pasado, pero era mejor olvidarlo e irme de allí. Me mire al espejo y me estaba colocando bien mi pelo rizado cuando llamaron a la puerta.

-¡Está ocupado!- dije automáticamente.
- Lo sé...- dijo una voz sensual y profunda.-Ábreme la puerta.
No sabía que contestar, estaba petrificada, nunca lo había escuchado pero algo me decía que era él. Me metí un dedo en la boca y empecé a lamerlo, su voz me ponía cachonda, demasiado.
- Si me abres la puerta, no te arrepentirás.- Empecé a estar húmeda, solo con pensar en las cosas que él me podía hacer me excitaba. Me volví a mirar en el espejo, tenia las mejillas sonrojadas y los labios rosados, tenía la piel de gallina. Mi cuerpo necesitaba ser tocado, deseaba que me acariciaran, hacía tanto tiempo que no sentía nada. Lentamente me dirigí a la puerta, giré el pestillo y me alejé a la pared contraria. Él abrió la puerta sin mirarme entró, cerró la puerta con el pestillo y se volvió hacía mi.
- Buena chica.- Me dijo con una sensual sonrisa en los labios. Mi corazón empezó a latir muy rápido y mi respiración se entrecortaba. Mis pezones estaban duros y mi lengua no paraba quieta en mi boca. Se acercó lentamente a mí, yo me apoyé en la pared, él puso sus manos, uno a cada lado de mi cabeza, apoyándose, dejándome completamente atrapada. Me dolía el pecho. Mi boca y mi entrepierna estaban húmedas. 

Él agachó la cabeza y acercó sus labios a los míos. Sacó su lengua y recorrió mi boca desde un extremo a otro con mucha suavidad, yo estaba totalmente ida. Sentía su lengua húmeda y mi lengua ansiaba tocar la suya, quería besarlo, besarlo hasta dejarlo sin respiración. Pero era incapaz, me tenía dominada totalmente, no podía mover ningún musculo sin su permiso. Abrió la boca y con sus dientes me mordió los labios y tiró de él, me agarró del pelo echándome la cabeza hacia atrás. Hundió la cabeza en mi cuello y empecé a olerle, por dios como olía. Era un aroma que me atraía, me entraban ganas de lamerle la piel para ver si sabía tan bien como olía. Con fuerza empezó a lamerme, chuparme y morderme. Sentía como me llenaba el cuello de chupetones y me dejaba marcado sus dientes. Estaba tan cerca mía que notaba su erección en mi cadera. Era muy bruto, nunca me habían tratado así. Me mordía con tanta fuerza que casi dolía, pero estaba tan excitada que en vez de sentir dolor, solo sentía placer y más placer. Bajó el vestido hasta asomar el pecho y empezó a palparlo, metía la mano por debajo, por la parte blanda y la apretaba con fuerza. y con sus enormes manos empezó a apretarme las tetas y me pellizcaba los pezones. Dios, estaba tan húmeda que tenía el tanga empapado, sentía como mis fluidos me bajaba por las piernas, nunca había estado así. Me volvió a agarrar de los pelos y me empujó al suelo (menos mal que era un sitio limpio), me quede de rodillas frente a él. Desde ahí, pude ver el bulto que le salía del pantalón. No podía apartar la vista de esa cosa que quería penetrarme. Él se desabrocho los pantalones y sin bajarse los pantalones sacó su pene. Estaba duro y tembloroso, se notaba que estaba muy excitado, su polla estaba húmeda, salían gotas de él. Me agarró fuerte del pelo.
- Chupa.- Me dijo. Lo miré sin comprender.- Cómeme la polla.
Entonces me empujó hacia ella y me la metió en la boca, por instinto empecé a chuparla y a lamerla dulcemente. Él gimió, miré hacia arriba y él sonriendo me agarró de la cabeza y empezó a empujarme hacía él, me trataba como a una muñeca, que podía manejar fácilmente. Era muy fuerte y hacía que me metiera su polla hasta el fondo.  Su polla me sobrepasaba mi campanilla y llenaba mi boca, a veces ni siquiera podía respirar. Consiguió que me la metiera entera en la boca. Mi respiración se corto. Empezó a empujarme con más fuerza y me obligaba a darle más rápido y más fuerte. Dios, estaba a punto de correrse, lo notaba, él gemía cada vez con más fuerza y su polla palpitaba. Yo veía como se le ponía los ojos en blanco, se mordía la boca y echaba su cabeza hacía atrás. Se corría , iba a correrse, quería quitar la boca, pero él la apretó para que no pudiera escaparme y se corrió en mi boca. Su semen era caliente y tenía un sabor amargo, nunca antes lo había probado. Hizo que lo mirara tirándome del pelo.
- Tragatelo- Y lo hice. Era su muñeca, su sirvienta, dispuesta a hacer todo lo que él quisiera. Estaba tan avergonzada, que no podía ni mirarlo.
Él se agachó, metió las manos por mi vestido, metió su mano en mi tanga y con dos dedos me penetró. Los sacó y lo metió varias veces. Si... por fin iba a tenerle dentro, por fin me tocaba a mí, quería que me penetrara y me follara hasta perder el sentido. De repente sacó sus dedos, estaban llenos de mi jugo, jugueteó con él y lo chupó.
- Esta dulce, mi princesa.- Se levantó, se puso bien los pantalones, me dio un beso en los labios. Iba a agarrarme a él cuando se levanto de nuevo, abrió la puerta, cerró y se fue.

Y allí estaba yo, de rodillas en un cuarto de baño, tan mojada, tan caliente...Y muy, muy avergonzada...

Al día siguiente, mientras trabajaba, recibí un WhatsApp de un número desconocido que ponía:
- Buenos días, mi princesa.

¡Haz clic aquí para leer el siguiente capítulo!