sábado, 27 de abril de 2013

Relato Erótico: Cunnilingus en el sofá y follar en la cama. Beso 4


Se me cortaba la respiración. Mis pezones estaban duros, pidiendo a gritos ser tocados. Mi entrepierna estaba caliente y húmeda.

Nos dirigimos a mi casa. Él iba a mi lado, sin tener contacto físico conmigo. No hablábamos, ni nos mirábamos  Desde fuera solo parecíamos dos amigos paseando. Pero dentro de mi había un volcán a punto de estallar. Estaba excitada, tenía ganas de coger su mano y correr a mi casa para poder besarlo y acariciarlo.

Me temblaban las piernas, quedaban pocos metros para llegar a mi casa. Vivo en un edificio pequeño con cuatro apartamentos. Cuando nos acercamos al portal, él se quedo detrás mía mientras yo sacaba las llaves para abrir la puerta. Las saqué del bolso y las metí lentamente en la cerradura. Abrí la puerta, pero no me dio tiempo a empujarla. Él me cogió por detrás  por la cadera, con su brazo abrió la puerta y, como si solo pesara un kilo, me metió en volandas dentro del portal.
Me dejó bruscamente contra la pared y empezó a besarme con mucha fuerza, su lengua se acoplaba fácilmente a la mía, como si se acariciaran mutuamente. Yo estaba sin respiración, mi corazón latía muy rápido. Mi clítoris estaba hinchado y sensible, notaba el roce de mi tanga contra él. Él bajó a mi escote y comenzó a morder mis tetas por la parte de arriba, lo hacía lentamente. A la tercera vez mordió miró hacía arriba sonriendo, puso cara de niño cometiendo travesuras. Su mirada pícara me hipnotizaba. Mi boca estaba entreabierta y muy caliente.

Pero pronto volví a la realidad de donde estábamos. Sonó la voz de Maruja, una señora mayor que vive en el bajo de mi edificio. Estaba abriendo la puerta de su casa.

-¿Dónde vives?- Preguntó.
- Arriba, 1º A.

Cogió mi mano y subió rápido las escaleras tirando de mí. Me dirigió a mi puerta.
-Ábrela.

Me dejó ponerme delante para abrir la puerta. Se puso de rodillas a la altura de mis nalgas, me subió el vestido y comenzó a masajearme las nalgas. Pude encontrar las llaves a duras penas en el llavero. Mientras metí la llave en la cerradura el me bajó el tanga. Abrí la puerta de mi casa y me empujó para dentro. Me llevó al sofá del salón que se podía ver nada más entrar por la puerta. Me puso a cuatro patas sobre él, terminó de quitarme el tanga de las piernas. Se arrodilló para estar a la altura de mis nalgas y con sus manos las separó, dejando al aire mi coño.

Acercó su boca a mi clítoris y... Joder, comenzó a lamerlo, muy lentamente. Tanto, que casi tardaba cinco segundo en pasar la lengua una vez. Estaba tan húmeda, me estaba volviendo loca. Separo su cabeza de mí y dijo:
- Estas abierta y muy mojada.
Metió los dedos dentro de mi coño y los saco cubiertos de mi.
-Sigue, por favor.- Supliqué.
-¿Qué has dicho?
-Sigue.
-Pídemelo bien.
-Sigue lamiéndome.
-¡Qué lo digas bien!
-Sigue chupándome el coño.
-Perfecto, conmigo no seas tan fina.

Volvió a hundir su cabeza y empezó a lamer muy rápido. El placer comenzó a aumentar, sentía como estaba llegando al punto de volverme loca. Él me chupaba rápido y con ritmo. Iba a correrme si seguía así. Joder, esto es demasiado, me temblaba todo el cuerpo y sentía como si me dieran descargas eléctricas en el cuerpo que me obligaban a contraerme, sintiendo más y más placer. Por dios... No podía ni hablar. En mi cabeza, pedía a gritos que no parara, estaba a punto de perderme a mí misma.

Me corrí, un placer intenso recorrió mi cuerpo bajando por la columna hasta llegar a los dedos de mis pies. Nunca había llegado a un orgasmo así.

Él me dio la vuelta y me sentó en el sofá.

-Joder que cuerpo tienes, me pones un huevo.-Dijo.

Creo que en ese momento me sonrojé.

-¿Donde está tu dormitorio?

Señalé a la puerta del fondo. Me cogió y me llevó al dormitorio. Me dejó encima de la cama. Él se quitó la camiseta y el pantalón. Yo estaba hipnotizada, por sus músculos y sus piernas fuertes y definidas. Me miró y dijo:
-Quítate el vestido, si no quieres que lo rompa.- Me lo quité rápidamente (Es demasiado bonito).-Y el sujetador.- Lo hice.

Estaba totalmente desnuda sobre la cama. Él me miraba con ardiente deseo, yo era un conejito a punto de ser devorado por un lobo hambriento de sexo. Él se quitó los calzoncillos dejando ver su hermosa polla erecta. Para mi era perfecta, hermosa... Me había enamorado de ella la primera vez que la vi. 

Se montó en la cama, me cogió de las piernas y me tiro hacía abajo con las piernas abiertas...
Me penetró. De un tirón me la metió entera. Yo estaba tan mojada que se deslizó fácilmente dentro de mi coño. Él gimió y se mordió el labio.
-Dios... Eres tan estrecha. Me encanta.
 Estaba guapísimo. Su cara que estaba encima de la mía se acercó y comenzó a besarme. Empezó a mover su cintura lentamente llegando hasta lo más profundo de mí.

Mis gemidos y el ruido de la cama llenaron el silencio que había en mi dormitorio. Primero me cogió en la postura del misionero con mis piernas puestas sobre sus brazos. Cogió más ritmo y empezó a darme mucho más fuerte. Atrapó mis dos piernas y se las puso al lado de su cabeza, llegando aun más dentro de mi coño. Yo estaba empapada y sentía un placer increíble.

Al rato me dijo que me diera la vuelta y me colocó a cuatro patas. Me cogió con fuerza de las caderas y empezó a darme muy fuerte y muy rápido. Yo... No podía parar de gritar, era increíble,  nunca me habían dado tan fuerte pero me sentía una muñeca en sus brazos, me hacía lo que quería: Me cacheteaba, me tiraba del pelo... Yo podía oírlo gemir y respirar rápido. Yo iba a correrme de nuevo, su polla no solo me penetraba, sino que también rozaba mi clítoris. Me venía, no podía controlarlo, no podía parar...

Grite, como nunca antes había gritado. Llegué. Me corrí. Había muerto y estaba en el paraíso.

A los segundos él se corrió también. Apretó mis nalgas con fuerza y la metió sin contemplaciones. Miré hacía atrás y tenía los ojos en blanco, él también se había derretido de placer. La sacó lentamente de mí y se colocó tumbado a mi lado. Yo me dejé caer, estaba tan relajada que sin querer me quedé dormida.

Cuando me desperté él no estaba. Miré el móvil y tenía un mensaje:

"Prepárate la próxima vez no seré tan suave contigo, esto es solo el principio" 

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2 comentarios:

  1. Muy bueno, directo y claro a la vez que excitante y apasionado. Enhorabuena :)
    Te sigo... y espero el Beso 5 pronto
    Un saludo

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    Respuestas
    1. Muchísimas gracias, espero que el próximo te guste y quiero entretenerme esta noche a leer los tuyos ;)!

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