viernes, 4 de octubre de 2013

Relato Erótico: Mi profesor...


Nunca nos hemos tocado. Desde un principio sabía que nunca podría sentirle. Siempre viene los mismos días a las mismas horas. Su mesa está justo delante mía a poco metros. Aun estando uno cerca del otro nunca podré pasar de esa barrera que me impide sentir su piel. Yo en mi posición de su alumna y él, de mi profesor. Lo noto, aunque nadie mas lo vea. Sé como me mira, sé como se siente. Cuando los demás  escriben o leen siento sus ojo clavados en mí, mirando cada parte de mi cuerpo. Me siento caliente, mi corazón se acelera al saber que él me está observando. Lo miro a la cara y nuestros ojos se encuentran. Está mirándome por encima de sus gafas dominante, frío. Me esclaviza con la mirada, estoy hipnotizada. Un escalofrío recorre mi espalda y algo abajo se va encendiendo. Mi boca se llena de saliva y entreabro mis labios. Él deshace el hechizo levantándose para explicar, se pasea entre los alumnos y saca a uno a la pizarra. Siento como pasea detrás mía, su olor a colonia y tabaco llega a mis pulmones. Si pudiera estar entre sus brazos podría olerlo mejor. Si estuviera encima mía podría sentirlo mejor en todos los sentidos. Sobre todo abajo. Se para justo detrás, su torso roza ligeramente mi coleta. Él se comporta normal explicando serio la clase. Noto la vibración se su voz encima mía, sabe que me está poniendo nerviosa, que estoy apretando las piernas para controlar el calor que sigue acumulándose entre mis piernas.

Mi compañero termina el ejercicio y él se dirige a su mesa pasando por mi lado rozando con su mano la piel de mi brazo. Con solo ese roce se me erizan los pelos de la nuca y tiemblo. Mis senos se ponen duros y sensibles. Ojala el me besara, ojala él besara mi pecho, mi vientre, mis piernas... Deseaba que su boca me besara en lo más hondo. Que sus labios rozaran lo más profundo e íntimo que hay en mí. Vuelve a sentarse en su mesa y manda a los alumnos a hacer una tarea. Voy a ponerme a ello, cojo el boli e intento escribir. Estoy nerviosa, se que continua mirándome. Miro de reojo hacía arriba, le pille. Lo bueno era que él no se ha dado cuenta. Está mirando el escote de mi uniforme. Lentamente dirijo mis manos al cuello y acaricio mi clavícula. Con el dedo comienzo a bajar lentamente como si picara y me rozo suavemente el escote, Metiendo y sacando lentamente los dedos entre mis senos consigo que se ponga nervioso y cambia de postura. Ahora está mirando mis piernas y la falda de mi uniforme es corta, voy hacerle sufrir. Desdoblo las piernas y poco a poco las abro dejando al descubierto mi ropa íntima.

 De repente se levanta y se va al final de la clase. Parece que quiere controlar a los alumnos que está detrás pero sé que lo que quiere es tapar la evidencia de que está excitado. Esa evidencia me estaba volviendo loca. Noches y noches intentaba imaginármela, su forma, su olor, su sabor. Su sabor... La boca se me hacía agua, me entraba hambre cada vez que lo pensaba y en ese momento estaba muy hambrienta. El timbre suena, todos se levantan para ir a casa. Él sigue sentado en su mesa dando instrucciones para la próxima clase. Todos van abandonando el aula y recojo mis cosas acalorada, necesito llegar pronto a casa para descargar esa energía acumulada. Como siempre soy la última en salir y antes de que llegue a la puerta me dice: "Son preciosas". Me giro asombrada y fijándome que no me ve nadie le saco la lengua haciéndole burla y me voy. Él se queda en el aula mordiéndose el labio.